PUNTOS IMPORTANTES:
- Los REITs siguen siendo una opción atractiva para diversificar inversiones, pese a su rendimiento bajo en 2024.
- Crown Castle, Realty Income y Digital Realty Trust son opciones fuertes para aprovechar oportunidades en el mercado inmobiliario.
- El panorama de 2025 puede traer oportunidades significativas, pero también riesgos como la inflación resurgente.
En general, los fondos de inversión inmobiliaria, conocidos como REITs, han tenido un rendimiento notablemente bajo en 2024. Desde principios de año, estos fondos se han rezagado, especialmente en comparación con ciertos sectores del mercado de valores.
Sin embargo, los REITs siguen siendo vehículos de inversión populares con gran potencial. Además, su desempeño en los últimos 12 meses puede representar una oportunidad para los inversionistas interesados en “comprar en la baja”, ya que muchos de estos fondos tienen un historial de crecimiento sólido.
Por esta razón, y con el Año Nuevo a la vuelta de la esquina, se presentan tres opciones fuertes para inversionistas que buscan beneficiarse del mercado inmobiliario sin adquirir propiedades directamente.
Cabe señalar que 2025 trae consigo el riesgo de una inflación resurgente, y algunas instituciones consideran posible que la Reserva Federal vuelva a endurecer las condiciones financieras. Muchos REITs tuvieron un desempeño débil en 2023 debido precisamente a este factor.
Crown Castle: Una apuesta en el sector de comunicaciones
Crown Castle (CCI) es un REIT centrado en la propiedad y operación de torres de comunicación. Dado el papel crucial de esta infraestructura en la era digital, no sorprende que este fondo disfrutara de una prolongada racha alcista entre finales de 2008 y finales de 2021.
Este auge permitió que CCI se disparara aproximadamente un 1.383,6%, una cifra especialmente atractiva al considerar su rendimiento por dividendo del 6,90%. Sin embargo, no debe ignorarse su reciente caída.
En efecto, el fondo está un 21,20% a la baja en 2024 y ha caído un 56,52% desde sus máximos. Si el mercado alcista persiste en 2025 y se expande más allá de las acciones de gran capitalización y tecnología, los inversionistas que ingresen en este momento podrían ver una apreciación significativa de sus activos.
Realty Income: Estabilidad con un portafolio diversificado
Realty Income (O) es otra opción popular pero arriesgada para 2025. Este REIT cuenta con un portafolio extenso de propiedades en varios países europeos y en EE. UU., con acuerdos de arrendamiento neto a largo plazo con inquilinos únicos.
Aunque O ha mostrado volatilidad a lo largo de su historia, 2024 no fue la excepción. Si bien el fondo estuvo sólidamente en verde en octubre, ha caído desde entonces y actualmente está aproximadamente un 7,20% a la baja en el año.
Dado que muchos de sus clientes son empresas prominentes como Walgreens (WBA) y Dollar General (DG), invertir en Realty Income es, en cierta medida, apostar por la fortaleza de la economía estadounidense. A pesar de los riesgos, el fondo sigue siendo atractivo debido a su rendimiento anual por dividendo del 5,98%.
Digital Realty Trust: Liderando en el auge de la inteligencia artificial
Digital Realty Trust (DLR) destaca como un caso particular entre estas recomendaciones, ya que su sector ha sido uno de los mejores en 2024. Este fondo, especializado en centros de datos, se ha beneficiado del auge de la inteligencia artificial (IA), especialmente desde finales de 2024.
Este panorama permitió que el fondo registrara un impresionante 33,19% en verde hasta la fecha actual y lograra recuperarse plenamente de la caída que comenzó en 2021.
Aunque el repunte anual no es tan impactante como las ganancias de acciones de IA como Nvidia (NVDA), DLR ofrece un respetable rendimiento anual por dividendo del 2,73%, una ventaja frente a las grandes tecnológicas que no suelen ofrecer dividendos.
Si los otros dos REITs representan apuestas al crecimiento del mercado alcista, Digital Realty es una apuesta a la continuidad de las tendencias actuales. Aunque existe cierto consenso sobre este escenario, no hay garantías, y la reciente concentración en grandes tecnológicas plantea inquietudes sobre una posible burbuja.