PUNTOS IMPORTANTES:
- Dólar fuerte impide reducir el déficit comercial.
- Tarifas afectan a consumidores, no a exportadores chinos.
- Riesgo de crisis fiscal y colapso de la moneda aumenta.
Dólar y déficit: la contradicción que nadie quiere enfrentar
El debate sobre los déficits comerciales volvió a tomar fuerza luego de las declaraciones de Peter Schiff, quien desmanteló varios mitos sobre la guerra comercial iniciada por Donald Trump.
En una entrevista con Glenn Diesen, Schiff afirmó que el enfoque del expresidente fue más un ejercicio de marketing que una reforma real. Las tarifas, sostuvo, solo perjudicaron a los estadounidenses y al mercado.
Según Schiff, el déficit comercial no es culpa de malas negociaciones ni de abusos extranjeros. Es resultado de una economía sobreendeudada que mantiene una moneda artificialmente fuerte frente al mundo.
“Trump declaró la guerra y luego se rindió llamándolo victoria”
Dijo.
Agregó que el expresidente nunca tuvo las cartas para ganar porque el diagnóstico fue erróneo desde el inicio del conflicto.
El costo real de las tarifas y el espejismo del marketing
Schiff explicó que las tarifas no se impusieron sobre empresas chinas, sino sobre los propios consumidores estadounidenses. Son impuestos indirectos que se pagan al importar productos, encareciendo el consumo.
“El arancel lo paga el importador estadounidense. Es un impuesto disfrazado que termina en manos del consumidor”
Sentenció.
Esta afirmación contradice discursos oficiales que culpaban a China.
Para Schiff, la presidencia de Trump fue una extensión de su estilo empresarial. “Es un gran promotor. Vendió su marca, no una política coherente”, sostuvo, criticando el uso propagandístico del conflicto.
Además, subrayó que no hubo lecciones efectivas para China. La estructura del comercio global sigue intacta, y la administración solo maquilló una derrota como si fuera un logro estratégico.
Fuerte dólar, menos exportaciones y riesgo de crisis global
Respecto a la persistencia del déficit, Schiff advirtió sobre una contradicción: se quiere un dólar fuerte y, al mismo tiempo, reducir la brecha comercial. Pero ambas metas son incompatibles.
“El motivo del enorme déficit es el valor inflado del dólar. Solo bajando esa cotización podemos frenar las importaciones y estimular las exportaciones”
Explicó con claridad.
Sin embargo, un dólar más débil implicaría alta inflación en EE. UU., un escenario que las autoridades no están dispuestas a aceptar, pese a que es la única vía sostenible, según Schiff.
Para él, el problema es más profundo. “Estamos en camino a una crisis del dólar y una crisis de deuda soberana”, advirtió, apuntando al gasto sin control y a la dependencia de acreedores externos.
El proceso de desdolarización ya habría comenzado, y aunque su ritmo es incierto, Schiff prevé que se acelerará hasta quebrar el equilibrio actual.
“Seguiremos hasta que ya no se pueda más”
Sentenció.
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