PUNTOS IMPORTANTES:
- La Bolsa española (IBEX 35) subió casi un 30% en 2025, superando a Alemania, Italia y a los grandes índices de Wall Street.
- Bancos, energéticas y constructoras lideraron un rally apoyado en consumo interno, inversión extranjera y estabilidad política, aunque no muchos están de acuerdo con el último punto.
- Sin embargo, existen peligros a corto plazo como la deuda, la inflación y la fragilidad del mercado laboral.
El mercado bursátil español vive el 2025 uno de sus mejores momentos en décadas. El IBEX 35 sorprendió a todos con una subida cercana al 30% desde enero, superando ampliamente a otros grandes índices europeos como el DAX alemán, que apenas rozó el 20%. Lo llamativo es que España no solo batió a sus vecinos, también logró resultados muy por encima de Wall Street.
La economía como motor del rally en la Bolsa española
La clave estuvo en una economía que creció por encima de lo esperado: un 0,7% solo en el segundo trimestre y con previsiones de terminar el año en un 2,6%, una de las cifras más altas de toda la Unión Europea.
Detrás de ese impulso hubo dos factores decisivos. Por un lado, la inmigración, sobre todo desde Latinoamérica, que disparó el consumo interno. Por otro, la estabilidad política, que dio confianza tanto a inversores locales como a capital extranjero. El resultado fue un flujo constante de dinero hacia empresas que se beneficiaron del tirón económico.
Los grandes bancos como BBVA y Santander, gigantes de infraestructuras como Ferrovial y referentes en energías renovables como Iberdrola capitalizaron el entusiasmo. Sus cotizaciones subieron con fuerza y consolidaron la idea de que la Bolsa española no estaba simplemente siguiendo una moda, sino que tenía fundamentos sólidos detrás.
Además, al ser un mercado con fuerte presencia de exportadores de servicios, las empresas quedaron en buena medida blindadas frente a los aranceles del 15% que la administración Trump aplicó a los bienes europeos.
Los expertos no pasaron por alto otro detalle importante: la valoración. Mientras Alemania y Francia se movían en ratios precio-beneficio cercanos a 20, el mercado español rondaba los 12. Eso hizo que muchos analistas vieran un margen de crecimiento adicional y lo colocaran entre las apuestas más atractivas del continente. Incluso UBS, en su ranking REVS, situó al IBEX como el segundo índice más fuerte de Europa, solo por detrás del FTSE MIB italiano.
A pesar del entusiasmo, algunos gestores de fondos recordaron que los riesgos siguen ahí: la deuda, la inflación y la fragilidad del mercado laboral podrían frenar el ritmo en cualquier momento. Pero, si había que apostar por un mercado desarrollado con proyección de crecimiento, España parece estar en el lugar correcto.