PUNTOS IMPORTANTES:
- Para 2030, stablecoins en dólares podrían alcanzar hasta 4 billones.
- La GENIUS Act permite a los bancos emitir stablecoins y retener depósitos.
- Con reglas parejas, bancos y fintech pueden ofrecer rendimientos similares en stablecoins.
El panorama de las finanzas cripto mejoró de forma drástica con el cambio de administración en Estados Unidos y la aprobación de la GENIUS Act. De enero al final del “verano cripto de 2025”, las stablecoins en dólares estadounidenses en circulación sumaron 80.000 millones de dólares adicionales y el saldo total llegó a 280.000 millones.
El aumento en la emisión de stablecoins llevó a varios analistas a proyectar que, para 2030, el volumen de stablecoins en dólares podría alcanzar 1,9 billones de dólares.
Con supuestos más optimistas, elevan el monto hasta 4 billones de dólares.
Algunos observadores sostienen que este auge anuncia una nueva ola de desintermediación similar a la que empezó en los años setenta con los fondos mutuos del mercado monetario. Los rendimientos atractivos de esos fondos atrajeron miles de millones de dólares desde bancos y entidades de ahorro y préstamo y contribuyeron al colapso de cientos de instituciones de depósito durante la década de 1980.
Un directivo de Citigroup (C), por ejemplo, retoma las conclusiones de un informe del Departamento del Tesoro de Estados Unidos publicado en abril de 2025. Ese documento calcula que las stablecoins podrían terminar drenando hasta 6,6 billones de dólares en depósitos del sistema bancario.
Un desplazamiento de ese tamaño podría obligar a los bancos a subir las tasas que pagan por los depósitos, incrementar las tasas de los créditos y, en último término, restringir la oferta de préstamos.
Un estudio del Citi Institute plantea que, hacia 2030, el crecimiento de las stablecoins podría absorber hasta 1 billón de dólares de los depósitos domésticos, de ahorro y a plazo.
Stablecoins y competencia bancaria
La GENIUS Act le da a la banca una herramienta directa para competir con los emisores no bancarios de stablecoins.
La ley autoriza de forma explícita que las subsidiarias de bancos lancen sus propias stablecoins de pago. De esta manera, las entidades pueden cubrir una parte importante del aumento previsto en la demanda de stablecoins sin renunciar al fondeo que reciben hoy de los saldos de clientes en cuentas de cheques, ahorro y plazo.
Un banco, por ejemplo, puede emitir una stablecoin a través de una subsidiaria y mantener el 100% de las reservas asociadas en una cuenta de depósitos a la vista en el propio banco matriz.
Además, la ley deja fuera esas reservas de las subsidiarias bancarias cuando se calculan los requerimientos de capital regulatorio. En un caso así, la entidad atendería la demanda de stablecoins sin alterar el nivel total de depósitos registrados en el balance del banco matriz.
Distintas notas periodísticas y comunicados de grupos de cabildeo del sector bancario vinculan los mayores rendimientos que ofrecen algunas fintech sobre saldos en stablecoins con el riesgo de fuga de depósitos desde la banca tradicional.
Rendimientos, regulación y ecosistema
Las stablecoins emitidas bajo la GENIUS Act no pueden pagar intereses, sin importar si las lanza una subsidiaria bancaria o una fintech autorizada.
Cuando estas monedas entran en circulación, las plataformas cripto, las billeteras y otros custodios de activos digitales acumulan saldos de clientes y prestan parte de esos fondos a firmas fintech. Los intereses de esos préstamos pueden compartirse con los dueños de las stablecoins en custodia. Si la industria de “banca de stablecoins” se desarrolla con reglas parejas, los depósitos emitidos por filiales bancarias pueden ofrecer rendimientos similares a los vinculados a emisores no bancarios.
Hoy muchos de estos “bancos de stablecoins” operan casi sin regulación específica. Aun así, mientras las normas futuras no distingan entre stablecoins emitidas por filiales de bancos y las emitidas por compañías no bancarias, no hay razones de peso para anticipar una brecha de rendimiento basada solo en el tipo de emisor.
Por ahora, las fintech no bancarias dominan buena parte del mercado. Sin embargo, cuesta imaginar que las monedas emitidas por subsidiarias de grandes bancos globales no alcancen una posición muy competitiva dentro del ecosistema de stablecoins en dólares. Quienes presentan el crecimiento de este mercado como una amenaza existencial para los depósitos bancarios suponen, de hecho, que los bancos no competirán en serio como emisores.
Mientras los reguladores no bloqueen la capacidad de la banca para emitir stablecoins, la expansión de este mercado no tiene por qué generar problemas de fondeo para las entidades que decidan competir en los pagos basados en internet.
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