PUNTOS IMPORTANTES:
- El petróleo volvió a repuntar esta semana tras la presión geopolítica de Rusia y Washington.
- En paralelo, Ucrania golpeó la capacidad de refinado rusa y Zelenski prometió más ataques.
- La OPEP+ y la Fed mantienen en vilo a los mercados con sus próximas decisiones.
Los precios del petróleo vivieron una jornada movida. El martes, el Brent subió casi un 2% y el WTI más de un 3%, en medio de nuevas dudas sobre la resistencia de los suministros rusos y la presión de las políticas de Washington sobre los grandes consumidores de crudo.
El Brent para noviembre se situó en 69,46 USD por barril en Londres, mientras que el WTI de octubre alcanzó los 65,97 USD tras Día de Trabajo en Estados Unidos.
Rusia, Washington y la geopolítica en juego, clave para el futuro del petróleo
El conflicto en Ucrania volvió a sacudir el tablero. Los ataques con drones ucranianos habían dejado fuera de combate cerca del 17% de la capacidad de refinado de Rusia, según cálculos de Reuters. El propio Zelenski prometió “nuevos ataques profundos” contra Moscú, lo que añadió más tensión al mercado.
Mientras tanto, la Casa Blanca endureció su presión indirecta. Impuso aranceles extra a las importaciones de productos indios por la cercanía de Nueva Delhi con el crudo ruso, una medida que India tachó de “injusta e irrazonable”.
Donald Trump, fiel a su estilo, elevó el tono contra los acuerdos comerciales con India y los describió como un “desastre unilateral”. Llamó la atención que Washington, al menos por ahora, evitara apuntar contra China, el mayor comprador de petróleo ruso desde las sanciones del G7. En paralelo, Putin, Xi Jinping y Modi se mostraron juntos en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái, en un gesto de unidad del llamado Sur Global.
La OPEP+ también aparecía en el radar. Ocho de sus miembros clave, entre ellos Rusia y Arabia Saudí, debían debatir el 7 de septiembre si alteraban su estrategia de producción. Los analistas coincidían en que el grupo mantendría sin cambios el bombeo en octubre, aunque advertían que un eventual superávit podría reactivar los recortes.
A todo esto, Estados Unidos tenía otro frente: la Reserva Federal. El informe de empleo de agosto se esperaba como la pieza que definiera la decisión de la Fed en su reunión del 16 y 17 de septiembre. El mercado da por hecho un recorte de tipos de interés, algo que podría debilitar al dólar y, de paso, impulsar todavía más la demanda de petróleo.