PUNTOS IMPORTANTES:
- La crisis de financiamiento pone en jaque la expansión nuclear de Rusia.
- Kazajistán cancela contratos energéticos clave con empresas rusas.
- China avanza posiciones mientras Moscú pierde terreno estratégico.
Rusia enfrenta dudas sobre su liderazgo nuclear en Kazajistán
Los problemas financieros de Rosatom, la agencia nuclear estatal rusa, están generando incertidumbre sobre su capacidad para construir la primera planta nuclear de Kazajistán. El debilitamiento presupuestario de Moscú ya ha frustrado otros proyectos energéticos clave en el país centroasiático.
Una de las señales más claras de esta fragilidad surgió el 30 de julio, cuando Andrei Petrov, alto funcionario de Rosatom, reconoció públicamente que la agencia necesitará apoyo estatal para iniciar nuevos proyectos a partir de 2027. Si bien Petrov aseguró que los trabajos actuales están cubiertos, no detalló el monto requerido ni los mecanismos de ayuda esperados.
El jefe de Rosatom, Alexei Likhachev, apeló a la “provisión de recursos especiales”, sin especificar cifras. Ya en 2024, ejecutivos de la firma habían advertido que las sanciones internacionales limitaban severamente sus opciones de financiamiento, en especial para iniciativas como las plantas nucleares flotantes, un área donde Rusia enfrenta creciente competencia china.
Kazajistán recorta vínculos con Inter RAO y gira hacia China
La presión fiscal derivada de la guerra en Ucrania ha endurecido el acceso al crédito para empresas energéticas rusas. Esto se reflejó en la reciente cancelación de un contrato entre Kazajistán e Inter RAO, compañía estatal rusa encargada de construir tres plantas térmicas por un valor estimado de 2.700 millones de dólares.
Según el vice primer ministro kazajo Roman Sklyar, Inter RAO no pudo obtener el financiamiento prometido, lo que llevó al gobierno a optar por desarrollar los proyectos por cuenta propia. Esta decisión ha despertado dudas sobre la viabilidad del acuerdo con Rosatom para la planta nuclear en el lago Balkhash, cuya ejecución depende de fondos del Estado ruso.
De forma paralela, Kazajistán sorprendió al anunciar contratos con China National Nuclear Corporation (CNNC)para construir una segunda y tercera planta nuclear. Aunque inicialmente se interpretó como un gesto de equilibrio geopolítico, el anuncio reciente de un tercer reactor liderado por China sugiere un cambio estratégico ante el debilitamiento ruso.
Sklyar evitó precisar los costos de los nuevos proyectos, pero confirmó que aún se están definiendo las ubicaciones. Aun así, el respaldo a CNNC parece reforzar la percepción de que Rosatom ya no es un socio confiable. En ese contexto, la palabra clave es diversificación energética, pero también lo es la pérdida de influencia de Moscú en los mercados de infraestructura crítica de Asia Central.
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