Puntos importantes:
- El petróleo registró su mayor caída desde marzo, cuando el COVID interrumpió la recuperación que estaba experimentando el sector.
- El barril de petróleo WTI cerró la semana en 36 dólares y el contrato futuro cayó un 11%.
- Refinerías están experimentando cambios drásticos, incluyendo el cierre de instalaciones.
El sector petrolero registró su peor mes después de marzo, cuando la pandemia de COVID-19 interrumpiera la recuperación que estaba experimentando. Así lo reportó Bloomberg, el pasado 30 de octubre.
De acuerdo con un reportaje de Bloomberg, las medidas para hacer frente a la pandemia de Coronavirus «amenazaron con cambiar la inestable recuperación de la demanda«, dejando a su paso el más reciente registro de su mayor caída mensual desde marzo. Cabe destacar que los futuros bajaron un 1,1% en New York, y la cotización del barril de petróleo cerró esta semana en 36 dólares, quedando así en evidencia de que se trata de la peor semana para las acciones estadounidenses desde el mes de marzo.
La fuente citada publicó que el petróleo WTI (West Texas Intermediate) cayó 38 centavos, cotizándose el barril en 35,79 dólares, y su contrato registró una caída del 11% durante octubre. Por su parte, el Brentt perdió 19 centavos, bajando a 37,46 dólares por barril, para la liquidación de diciembre y con última fecha de negociación el pasado viernes 30.
La caída del precios del barril de petróleo coincide con el más reciente aumento en casos de infecciones diarias por coronavirus en Estados Unidos, que ha marcado un nuevo récord histórico, así como también con las restricciones en el continente europeo, que amenazan de hundir en recisión económica a la región.
De acuerdo con un estratega senior de inversiones de US Bank Wealth Managemente, Rob Haworth, «la historia del retorno de la demanda está tardando mucho más en desarrollarse de lo que esperaban los alcistas del petróleo«, y que «el apetito por el riesgo en el mercado es definitivamente menor«, sentenció.
Según la nota de Bloomberg, los comerciantes tienen puesta la mirada en la elecciones presidenciales de Estados Unidos, cuyos resultados se conocerán la próxima semana, así como también en una reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que tendrá lugar a final del mes de noviembre.
Esta caída mensual del petróleo llegan cuando los países miembros de la OPEP tienen al frente desafíos referentes a mantener el suministro bajo control, con retornos mucho más rápidos a los proyectados en la producción de Libia; y luego de que Irak reafirmara su posición de respaldo a los recortes de producción petrolera de la OPEP, sin buscar exenciones a las restricciones, tal como lo expresó su ministro de Petróleo, Ihsan Abdul-Jabbar, según reportó Bloomberg.
Para el vicepresidente ejecutivo de Confluence Investment Managemente en St. Louis, Bill O’Grady, hasta que no haya un panorama de mejoramiento, el mercado de petróleo no lo hará y que, actualmente el COVID-19 y las elecciones estadounidenses son promotores de inseguridad en los mercados: “Existe un nivel realmente alto de inseguridad en torno a las elecciones, en torno al camino del crecimiento económico y este nuevo aumento de infecciones; hasta que tenga alguna evidencia de que las cosas están empezando a mejorar, será difícil para el crudo hacerlo mejor«, sentenció.
Bloomberg resaltó que los contratos de futuros de petróleo están debilitándose, y que el sector de la refinación de petróleo está experimentando cambios drásticos, cerrando instalaciones o tomando medidas provisionales para reabrir las plantas. El estratega de materias primas de Rabobank, Ryan Fitzmaurice, apuntó que «el sector de la refinación de petróleo está presenciando algunos cambios bastante abruptos a la luz de la pandemia global y su impacto continuo y a largo plazo en los viajes globales«.
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