PUNTOS IMPORTANTES:
- Nvidia advierte que restricciones impulsan desarrollo rival en China.
- Empresas temen perder miles de millones por reglas imprevistas.
- El precio oculto de bloquear chips: ¿quién pierde realmente?
China responde con fuerza a nuevas restricciones en chips
Las tensiones entre Estados Unidos y China escalaron nuevamente tras las recientes acusaciones de la administración Trump sobre supuestas violaciones del acuerdo comercial vigente. China calificó de “discriminatorias” y “abusivas”las medidas estadounidenses de control a las exportaciones tecnológicas.
El portavoz de la embajada china en EE. UU., Liu Pengyu, afirmó que se han presentado quejas formales por los límites impuestos al sector de semiconductores. Estas restricciones afectan el comercio de chips avanzados y bloquean el uso de componentes clave por parte de empresas chinas como Huawei.
Según Liu, Washington debe “corregir de inmediato sus acciones erróneas” y respetar el consenso alcanzado durante las conversaciones de alto nivel celebradas en Ginebra. El acuerdo, firmado el 12 de mayo, suspendió aranceles por 90 días, pero no impidió la aplicación de nuevos bloqueos en áreas estratégicas como la inteligencia artificial.
Impacto empresarial directo y reacción del sector
La tensión no es solo diplomática. Compañías estadounidenses como Nvidia (NVDA) y desarrolladoras de software de diseño como Synopsys y Cadence Design Systems han recibido cartas del Departamento de Comercio prohibiendo ventas a China. El efecto fue inmediato: Nvidia estima una pérdida de hasta 8.000 millones de dólares en ingresos para el trimestre actual.
La compañía había diseñado el chip H20 específicamente para cumplir con las restricciones de 2022. Sin embargo, este año se le exigió una nueva licencia de exportación, dejando 4.500 millones de dólares en inventario inutilizable. El CEO de Nvidia, Jensen Huang, fue claro:
“La política estadounidense se basó en la idea de que China no podía fabricar chips de IA. Esa suposición ya no se sostiene”.
El endurecimiento de normas también afectó a empresas que ni siquiera fabrican chips, pero sí herramientas de diseño clave. El sector teme un efecto boomerang, en el que las barreras aceleren el desarrollo de una cadena de suministro tecnológica alternativa en China, desvinculada de estándares y licencias estadounidenses.
Tecnología y poder geopolítico en juego
Desde la Casa Blanca, el presidente Trump declaró en redes que China ha incumplido su parte del acuerdo, mientras que el representante comercial Jamieson Greer sostuvo que “los chinos están ralentizando el cumplimiento”. Beijing respondió con dureza y pidió frenar la “militarización del comercio tecnológico”.
Este episodio se suma a un historial complejo: en 2019, el gobierno de Trump ya había bloqueado el acceso de Huawei a tecnología de EE. UU., obligando a la empresa a retirarse temporalmente del negocio de smartphones. Desde entonces, China ha trabajado en desarrollar sus propios chips, evitando depender de propiedad intelectual occidental.
A pesar de las fricciones, el gobierno estadounidense rescindió recientemente la “AI diffusion rule”, una normativa heredada de la administración anterior que habría impuesto controles globales más amplios. Se espera una nueva versión de esa regla en los próximos meses, con enfoque más acotado.
El conflicto actual pone en evidencia cómo el control de tecnología puede generar consecuencias inesperadas para las propias empresas que buscan proteger. En el intento de contener el ascenso tecnológico de China, EE. UU. podría estar incentivando su independencia definitiva en sectores estratégicos.
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Felicitaciones buen articulo lo 900