PUNTOS IMPORTANTES:
- China alcanzará su objetivo de crecimiento del 5% este año, pero enfrentará mayores desafíos en 2025.
- El consumo y la inversión en activos fijos mostraron signos de desaceleración, mientras el sector industrial ofrece cierto alivio.
- Reformas estructurales y un estímulo robusto serán claves para equilibrar la economía y sostener el crecimiento.
La economía de China pierde impulso: Retos y perspectivas para 2025
China probablemente alcance su objetivo de crecimiento de “alrededor del 5%” este año. Sin embargo, economistas advierten que será necesario mayor estímulo para enfrentar las tensiones comerciales que se avecinan. Los últimos datos económicos muestran que los esfuerzos del gobierno por impulsar la economía aún no logran generar el impacto deseado, lo que sugiere que Beijing necesitará hacer más en 2025 para reactivar el crecimiento.
En los últimos días, las autoridades han prometido incrementar los préstamos gubernamentales, reducir tasas de interés y estabilizar los mercados de acciones y bienes raíces. Estas medidas buscan estimular un consumo interno que ha mostrado señales de debilidad. Sin embargo, sin detalles concretos sobre la magnitud del estímulo planificado, muchos economistas prevén que el crecimiento económico de China se desacelerará el próximo año, especialmente si el presidente electo Donald Trump cumple con su amenaza de imponer aranceles elevados a las importaciones chinas.
El consumo y la inversión, pilares debilitados
Las ventas minoristas en China experimentaron una desaceleración inesperada en noviembre, creciendo solo un 3% interanual, comparado con el 4,8% de octubre, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas. Aunque la desaceleración se vio amortiguada por los descuentos masivos previos al festival de compras de noviembre, el crecimiento promedio anual en el tercer trimestre sigue siendo modesto.
Por otro lado, la inversión en edificios, equipos y otros activos fijos también disminuyó. En contraste, la producción industrial creció un 5,4% en noviembre, lo que refleja los esfuerzos de Beijing por inyectar recursos en el sector manufacturero para desarrollar industrias tecnológicas y compensar la caída en la inversión inmobiliaria. No obstante, la inversión en el sector inmobiliario cayó un 10,4% entre enero y noviembre en comparación con el mismo período del año anterior.
Según Julian Evans-Pritchard, jefe de economía de China en Capital Economics, los datos destacan las dificultades que enfrentan los formuladores de políticas para lograr una recuperación sostenida. Además, la amenaza de nuevos aranceles de hasta un 60% por parte de Trump podría afectar severamente el motor exportador, esencial para respaldar el crecimiento en medio de una débil demanda interna.
Estrategias y desafíos para el futuro
Desde septiembre, las autoridades chinas han intensificado el apoyo a la economía, implementando recortes en las tasas de política, relajando restricciones para la compra de viviendas e inyectando fondos del banco central en el sistema financiero. También han aprobado un programa de intercambio de deuda equivalente a 1,4 billones de dólares para aliviar las tensiones fiscales de los gobiernos locales.
El gobierno ha prometido priorizar el consumo interno para equilibrar una economía excesivamente dependiente de la inversión. Sin embargo, los economistas son cautelosos sobre la disposición de Beijing para realizar reformas estructurales significativas en áreas como pensiones, salud y bienestar social, necesarias para impulsar un consumo más sostenible.
Un informe reciente de Nomura resalta que para lograr una recuperación significativa en 2025, China necesita “despejar el mercado inmobiliario, arreglar su sistema fiscal, reparar el sistema de bienestar social y aliviar tensiones geopolíticas”. A pesar de ello, algunos indicios positivos surgen: las tasas de desempleo urbano se mantuvieron en el 5%, y los precios de las viviendas en 70 ciudades principales cayeron a un ritmo más lento en noviembre que en octubre.