PUNTOS IMPORTANTES:
- La liquidez de ETFs mejoró mientras los futuros del S&P 500 se hundían.
- JPMorgan detecta señales de cambio en las preferencias de inversores.
- Costos elevados y volatilidad empujaron flujos hacia instrumentos ETF.
La liquidez de ETFs y futuros del S&P 500 se bifurca en plena tensión
El informe anual de ETFs de JPMorgan reveló una señal atípica: durante la volatilidad de marzo y abril, la liquidez de los ETFs ligados al S&P 500 mejoró, mientras que la de los futuros cayó abruptamente.
Esta divergencia sorprendió a analistas, ya que históricamente ambos instrumentos se han comportado de forma similar en momentos de estrés financiero.
El análisis se centró en la profundidad de mercado, definida como la cantidad de órdenes necesarias para mover el precio un 1 % en 5 minutos. En marzo, la profundidad del futuro ES cayó a su nivel más bajo desde 2023, mientras que el ETF SPY mejoró un 61 % respecto a su promedio de 5 años.
ETFs resisten mejor la presión; los futuros sufren costos elevados
Aunque la liquidez de SPY y QQQ se contrajo en abril por la volatilidad del “Día de la Liberación” (SPY -37 %, QQQ -30 %), ambos mantuvieron profundidad en línea o por encima de su promedio.
En cambio, los futuros ES y NQ bajaron 53 % y 46 % respectivamente, situándose más de 50 % por debajo de su media quinquenal.
Kenneth Lamont, de Morningstar, sugirió que esta diferencia refleja un cambio estructural en el comportamiento de los inversores, donde los ETFs ganan protagonismo gracias a su base más amplia y diversa de participantes.
Los ETFs ofrecen acceso constante, incluso en crisis, mientras que los futuros tienden a secarse.
“Cuantos más operen ETFs, más líquidos se vuelven y más atractivos resultan”
Afirmó Lamont.
¿Cambio estructural o anomalía pasajera en la liquidez?
Para John Burrello, gestor de Invesco, el desplome en futuros puede deberse a su mayor costo operativo. A fines de 2023, los spreads para exposición larga al mercado superaron los 150 puntos básicos, reduciéndose a 70 bps en marzo, aún por encima de los 40–50 bps históricos.
Esto habría llevado a muchos institucionales a evitar futuros, alimentando la migración hacia ETFs, en especial ante el crecimiento de vehículos apalancados que usan futuros ES.
Aun así, Burrello no cree que el cambio sea permanente: la divergencia también refleja el contraste entre inversores minoristas —usuarios intensivos de ETFs— y los institucionales, que priorizan futuros.
Mientras unos “compraron la caída”, otros vendieron.
“No es un reemplazo directo de futuros por ETFs, sino un fenómeno más matizado”
Concluyó.
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