PUNTOS IMPORTANTES:
- Casi el 30% los Estados Unidos, que suman un tercio del PIB, ya está en recesión o en alto riesgo, dijo un economista.
- California y Nueva York evitaron que la situación fuese aún peor, pese a estar prácticamente estancados.
- Sectores como la manufactura, transporte y construcción se contrajeron, mientras sanidad y tecnología siguieron creciendo.
El debate sobre si la economía estadounidense había entrado en recesión volvió a encenderse, y esta vez vino de la mano de Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics.
Según sus cálculos, casi un tercio del país ya está en recesión o camina peligrosamente cerca de ella, un dato que agitó a inversores y analistas en pleno verano.
Zandi compartió su análisis basándose en el pulso económico de cada estado y en cómo estos contribuyen al PIB nacional. El diagnóstico resultó inquietante: 23 estados, más Washington D.C., aparecían en recesión o en alto riesgo de caer en ella. En conjunto, representaban cerca de un tercio de toda la producción del país.
Estados Unidos: Un mapa económico dividido
El caso de Illinois y Massachusetts fue especialmente destacado. El primero, con un peso del 3,9% del PIB, y el segundo, con el 2,7%, ya estaban contrayéndose. También los estados pequeños sufrían, como Wyoming, que apenas representa el 0,2 %, y Misisipi, con algo más del 0,5 %.
Otro tercio del país, entre ellos pesos pesados como California y Nueva York, parecía estar aguantando a duras penas en un punto muerto. Entre ambos suman más del 22% del PIB, y su resistencia es clave para que la recesión no se extendienda más rápido. Junto a ellos aparecían estados como Michigan, Ohio y Nevada, atrapados también en ese limbo económico sin crecimiento.
El resto del mapa ofrecía un aire más optimista. Estados como Texas y Florida, que juntos aportan más del 15% de la economía, siguen tirando del carro. También se mantenían en expansión Pensilvania, Oklahoma y Idaho.
Sectores que ya sufrieron la recesión
El análisis de Zandi no se detuvo en los estados. También miró a las industrias, y aquí el panorama fue igualmente desigual. Un tercio de ellas, desde la manufactura hasta el transporte y la construcción, ya están contrayéndose. Lo mismo ocurría con actividades más pequeñas pero sensibles, como la minería, la agricultura y los servicios federales, que en conjunto suman casi una quinta parte del PIB.
En cambio, la otra cara de la moneda la mostraban la salud, la tecnología y los gobiernos estatales y locales, que mantienen el ritmo y se presentan como los pulmones de la economía. Incluso el sector inmobiliario, pese a sus vaivenes, logra mantenerse con un crecimiento tímido pero estable.
El retrato que dejó el informe es claro: la economía de Estados Unidos avanzaba a dos velocidades, con estados y sectores empujando hacia adelante mientras otros retroceden. Y aunque la palabra “recesión” siempre genera temor, la realidad parece más compleja: un país dividido, que resiste en unas regiones mientras en otras ya se encienden todas las alarmas.