Puntos importantes:
- Jose Ángel Aman fue condenado a siete años de prisión y a pagar $23 millones en restitución a víctimas.
- Cuando el esquema estuvo cerca del colapso, Aman prometió a inversionistas que desarrollaría un token, para lo cual solicitó más dinero de las víctimas.
En Estados Unidos, un hombre de Washington DC fue sentenciado a siete años de prisión federal y a pagar $23 millones en restitución a víctimas, debido a que operaba un esquema fraudulento de inversión en diamantes, que incluía el hipotético desarrollo de un token respaldado en tales piedras preciosas. Así lo dio a conocer este 9 de diciembre el Departamento de Justicia del Distrito Sur de Florida.
De acuerdo con la publicación del Departamento de Justicia, un juez de distrito federal del sur de Florida sentenció a 84 meses en prisión a Jose Ángel Aman, quien desde mayo de 2014 y hasta mayo del año pasado operó un sistema fraudulento, el cual presentaron como una inversión con alto rendimiento y sin riesgo.
Junto a sus socios, Aman le solicitó a residentes de Canadá y Estados Unidos que realizaran inversiones en un supuesto contrato de diamante, el cual presuntamente incluía un componente criptográfico. De esa forma, los estafadores lograron recaudar más de 25 millones de dólares, entre más de cien inversionistas, dinero que usó para darse un estilo de vida lleno de lujos.
Según la publicación de la agencia gubernamental, Aman y sus socios prometieron a los inversionistas que el dinero sería utilizado para la compra de diamantes de colores en bruto, que supuestamente Aman cortaría, puliría y revendería para obtener ganancias. Los operadores de este esquema fraudulento le dijeron a los inversionistas que sus fondos estaban respaldados en un supuesto inventario de diamantes de Aman, presuntamente valorado en 25 millones de dólares.
Las autoridades pudieron demostrar que las afirmaciones de Aman y sus socios eran falsas, puesto que Aman «rara vez usaba el dinero de los inversores para comprar, cortar y revender diamantes en bruto», y tampoco era dueño de un inventario millonario de diamantes. Como una forma de darle credibilidad a su esquema fraudulento, Aman supuestamente hizo algunos pagos de intereses a ciertos inversionistas; dichos pagos salieron del dinero invertido por nuevas víctimas de la estafa.
«Al final del período de inversión, Aman y los socios convencerían a los inversores de que refinanciaran su dinero afirmando falsamente que los inversores tenían el valor total de sus inversiones para realizar nuevos acuerdos. Proporcionaron falsos «contratos de reinversión» a los inversores, una táctica que utilizaron para ganar tiempo hasta que Aman pudiera localizar nuevos inversores y dinero adicional».
Departamento de Justicia de Estados Unidos. Distrito Sur de Florida.
A medida que pasaba el tiempo y el esquema fraudulento se acercaba a su colapso, Aman creó un nuevo negocio, llamado Argyle Coin, LLC, del cual afirmaba que se encontraba operando en «el negocio de desarrollar un token de criptomoneda respaldado por diamantes«; bajo esa afirmación, Aman buscó inversionistas, prometiendo nuevamente que las inversiones tendrían altos rendimientos y que serían sin riesgos.
Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, «Aman usó solo una fracción del dinero recibido de los inversores de Argyle para desarrollar un token de criptomoneda y «usó la mayor parte para pagar supuestos intereses a los primeros inversores y para beneficiarse a sí mismo y a sus socios«.
De forma similar, la Comisión de Comercio de Nueva Zelanda abrió una investigación formal por la promoción de un presunto esquema multinivel de inversión en criptomonedas, conocido como Lion’s Share, el cual incita a inversionistas a unirse al sistema y emplear grandes sumas de dinero en dólares, con la promesa de altos rendimientos en criptomonedas, así como también otras ganancias por cada nueva persona que registren en su red.
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