PUNTOS IMPORTANTES:
- Trump exige bajar la tasa de interés un punto completo.
- Lo hace pese a un sólido informe laboral en Estados Unidos.
- Acusa a Powell de dañar la economía con tasas altas.
El presidente Donald Trump volvió a presionar públicamente a la Reserva Federal para que reduzca agresivamente las tasas de interés, esta vez con una propuesta clara: un recorte inmediato de un punto porcentual completo, a pesar de un sólido informe laboral.
“¡Vayan por un punto completo, combustible de cohete!”.
Trump en Truth Social.
La solicitud llega después de que la Oficina de Estadísticas Laborales informara que la contratación en mayo fue mejor de lo esperado. Las nóminas no agrícolas aumentaron en 139.000, superando la estimación de 125.000 realizada por Dow Jones. Analistas anticipaban un resultado más débil, considerando el impacto de las políticas arancelarias de Trump y otras señales de una economía que podría estar desacelerándose.
A pesar de los buenos datos, Trump insistió en que el recorte ayudaría a los Estados Unidos a reducir tanto las tasas a corto como a largo plazo sobre la deuda que está por vencer. En una publicación posterior, escribió: “Si la inflación vuelve a dispararse, él puede subir las tasas en respuesta”, refiriéndose a Powell. Y añadió:
“¡Muy simple! ¡Nos está costando una fortuna!.
¡Los costos de endeudamiento deberían ser MUCHO MÁS BAJOS!”.
El mercado rechaza la idea de un recorte inmediato
Las proyecciones del mercado contrastan con la demanda de Trump. Los operadores prácticamente descartan cualquier recorte en la próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de este mes, mucho menos una reducción de un punto completo. Antes del informe laboral, se preveía un recorte en septiembre con un 74% de probabilidad, pero esa cifra cayó al 62% tras la publicación. Además, solo un 22% de los operadores cree que la Fed recortará más de dos veces antes de que termine 2025, según datos de CME Group.
También influyó el dato de crecimiento de los salarios: el salario promedio por hora subió a una tasa anual del 3,9%, 0,2 puntos porcentuales por encima de lo estimado. Estos datos refuerzan la cautela de la Fed, que teme que un alivio monetario prematuro reavive las presiones inflacionarias.
Trump, sin embargo, se quejó de que otros bancos centrales ya han bajado sus tasas. Señaló que el Banco Central Europeo redujo su tasa de referencia en 0,25 puntos esta semana, el octavo recorte desde junio del año pasado. El BCE también indicó que esta sería su última baja del año. La medida se tomó tras evaluar que tanto la inflación como el crecimiento económico en Europa están debilitándose.
Para Trump, la Fed debería seguir el ejemplo. “Ser demasiado lento en la Fed es un desastre”, escribió sobre Powell, y agregó que la economía estadounidense solo prospera “a pesar de él”.
Una presión política cada vez más directa sobre la Fed
El ataque más reciente de Trump contra Powell se da en un contexto de fuerte exposición política. La relación entre ambos ha sido tensa desde el primer mandato del presidente, con frecuentes críticas a la política monetaria del banco central. Esta vez, Trump reavivó la presión pese a que la Fed ha evitado cambios abruptos en su estrategia, justamente para defender su independencia institucional.
Trump también comparó la situación actual con la de 2020, recordando que la última vez que la Reserva Federal redujo la tasa en un punto completo en una sola acción fue en marzo de ese año, al comienzo de la pandemia de Covid-19. Durante el último año de Joe Biden, la Fed también bajó las tasas en total un punto, aunque de forma escalonada. Para Trump, esa lentitud es precisamente el problema.
A medida que su administración promueve nuevas rondas de aranceles, la Fed enfrenta un dilema aún más complejo. Los formuladores de política monetaria advierten que los aranceles impulsados por Trump podrían provocar un aumento en la inflación, dificultando así el margen para bajar las tasas, tal como exige el presidente.
La presión sobre Jerome Powell, en este contexto, no es solo una cuestión de política monetaria, sino un elemento central de la estrategia pública de Trump. Aunque el titular de la Fed no ha respondido hasta ahora, su silencio no evita que el debate se intensifique. La línea entre estabilidad económica e interferencia política vuelve a tensarse, con impacto directo en los mercados, las expectativas y la reputación de la Reserva Federal.
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