PUNTOS IMPORTANTES:
- China acusa a Nvidia de incumplir condiciones de la compra de Mellanox.
- Las tensiones tecnológicas entre Pekín y Washington se intensifican.
- El futuro de Nvidia en China depende de chips y regulaciones clave.
Acusación preliminar contra Nvidia (NVDA)
El regulador de mercado de China informó este lunes que Nvidia habría violado la ley antimonopolio del país, de acuerdo con una investigación preliminar. El anuncio implica que Pekín continuará con el proceso formal contra la compañía estadounidense.
La investigación está relacionada con la compra de Mellanox, realizada en 2020 por un valor de 6.900 millones de dólares. En aquel momento, China aprobó la operación con condiciones específicas que ahora, según la State Administration for Market Regulation (SAMR), no habrían sido cumplidas. Aunque el organismo no detalló el tipo de incumplimiento, la advertencia genera nuevas tensiones entre ambas potencias.
En la sesión previa a la apertura de Wall Street, las acciones de Nvidia caían alrededor de 2%, reflejando la preocupación de los inversionistas.
Contexto geopolítico y tensiones crecientes
El anuncio llega en paralelo a las conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China celebradas en Madrid. El fin de semana, Pekín abrió dos investigaciones adicionales sobre semiconductores: una por antidumping sobre chips importados desde EE. UU. y otra contra las restricciones impuestas por Washington al sector chino.
La relación de Nvidia con el mercado chino se ha vuelto cada vez más complicada. A comienzos de 2025, el envío de su chip H20, diseñado para cumplir con los límites de exportación estadounidenses, fue bloqueado en China. Esta situación ha puesto en duda la capacidad de la empresa de mantener su presencia en un mercado que podría alcanzar 50.000 millones de dólares en los próximos tres años, según proyecciones de su CEO, Jensen Huang.
Impacto en el negocio y perspectivas
Para mitigar riesgos, el mes pasado Nvidia acordó con Washington un esquema que le permite reanudar ventas de chips a China a cambio de ceder 15% de los ingresos generados al gobierno estadounidense. Además, se discute la posibilidad de exportar un chip más avanzado que cumpla las restricciones regulatorias, en un intento de no perder cuota frente a competidores locales como Huawei.
Fachada de oficinas de Nvidia con banderas de China y EE. UU.El proceso abierto por la SAMR añade incertidumbre a un escenario ya complejo. Nvidia se encuentra atrapada entre las regulaciones de Washington y las condiciones de Pekín, lo que evidencia cómo el negocio de los semiconductores se ha convertido en un eje central de la rivalidad tecnológica entre las dos mayores economías del mundo.
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