PUNTOS IMPORTANTES:
- El mercado fue sacudido por una caída repentina de Bitcoin y Ethereum justo al cierre mensual, con más de 430 millones de dólares en liquidaciones y ruptura técnica de la estructura alcista.
- La causa principal fue una nueva ofensiva regulatoria por parte de China, donde múltiples organismos reafirmaron la ilegalidad de las criptomonedas y establecieron directrices más estrictas contra su uso y circulación.
- Factores macroeconómicos como la demora en recortes de tasas, inflación persistente y debilidad del empleo en EE.UU. agravan el escenario, mientras analistas advierten que el patrón actual se asemeja al bear market de 2022.
El mercado cripto vivió un nuevo sacudón este 1 de diciembre cuando Bitcoin cayó abruptamente de los 90.000 USD a menos de 87.000 USD en una hora, arrastrando consigo a Ethereum y al resto de las altcoins. La fuerte liquidación coincidió con el cierre mensual y desató el pánico: más de $430 millones en posiciones fueron liquidadas en tan solo 4 horas, 423 millones de ellas en largos. El sentimiento de mercado volvió al extremo miedo, y el gráfico mensual dejó una vela bajista que muchos analistas interpretan como una ruptura estructural del ciclo alcista.
Pero esta vez el gatillo no fue la Fed, ni la política de Trump, ni una nueva caída de exchanges. Fue China. El 29 de noviembre, el Banco Popular de China encabezó una reunión de alto nivel con casi todas las agencias regulatorias del país, donde se reafirmó que las criptomonedas no tienen estatus legal y se consideró ilegales todas las actividades financieras vinculadas a ellas, incluyendo las stablecoins. La contundencia del mensaje y el nivel institucional involucrado generaron una ola de ventas que llegó justo en el último minuto de noviembre, rompiendo cualquier soporte técnico.
Los analistas recuerdan que medidas similares como la “política 94” en 2017 o el «519» de 2021 causaron colapsos violentos en el mercado. Esta vez, la narrativa dominante es que se ha forzado la salida del “último gran capital chino”, lo que podría marcar el inicio de otro criptoinvierno.
La debilidad también se alimenta por factores macroeconómicos: los recortes de tasas que se esperaban para 2025 se han retrasado, la inflación sigue alta, los mercados laborales en EE. UU. se debilitan, y los riesgos geopolíticos aumentan. Para Rob Hadick (Dragonfly) y Boris Revsin (Tribe Capital), lo ocurrido es una limpieza de apalancamiento causada por baja liquidez y una mala gestión del riesgo. Dan Matuszewski (CMS Holdings) fue más allá: no hay nuevos flujos de capital, salvo por algunas tesorerías cripto. Los ETF han dejado de ser catalizadores.
Timothy Peterson, por su parte, alertó sobre un patrón técnico preocupante: el comportamiento de Bitcoin en 2025 tiene una correlación del 98% con el bear market de 2022 en gráficos mensuales. Si el patrón continúa, la recuperación real no llegará hasta el primer trimestre de 2026.












