PUNTOS IMPORTANTES:
- La crisis entre Seúl y Washington se expande del comercio a la defensa.
- Tensiones geopolíticas se agravan mientras Corea del Sur enfrenta vacío de poder.
- Trump podría sellar un acuerdo con Kim sin consultar a sus aliados.
Una crisis diplomática silenciosa que pone en juego alianzas clave
Corea del Sur y Estados Unidos enfrentan una crisis que se extiende en múltiples frentes: comercio, defensa y estrategia regional. Aunque mantienen ejercicios conjuntos, crece la desconfianza mutua.
El presidente Trump impuso un 25% de aranceles a importaciones coreanas, a pesar del acuerdo comercial vigente. Seúl se mostró sorprendido, esperando estar exento de represalias por su alianza histórica.
La retórica de Trump también preocupa. Ha elogiado a Kim Jong Un mientras critica a Corea del Sur, y amenaza con reducir tropas o cambiar su distribución sin consultar. Esta política alimenta la incertidumbre regional.
A eso se suma la fragilidad interna. La caída del presidente Yoon Suk Yeol, tras declarar la ley marcial, dejó a Corea del Sur en manos de un gobierno interino débil. En este contexto, la crisis se intensifica.
Con elecciones presidenciales inminentes, el resultado podría definir el rumbo. El favorito Lee Jae-myung ha cuestionado la relación con Washington y propone una estrategia más cercana a China.
Intereses estratégicos en tensión y un vínculo comercial bajo fuego
La crisis económica se suma a la política. Corea del Sur mantiene un superávit de 55.000 millones de dólares con EE. UU., lo que irrita a Trump. Las empresas coreanas ya enfrentan barreras en acero, autos y tecnología.
Los aranceles suspendidos vencen en julio, presionando a ambos países a negociar. Corea busca evitar nuevas sanciones ofreciendo compras de gas natural y contratos navales, aunque sin impacto inmediato.
Trump exige además mayores aportes a la defensa. Corea del Sur pagará 1,19 billones de dólares en 2026, un aumento del 8,3% respecto a 2025. Pero lo más inquietante es el cambio en la postura estratégica.
Washington ya no considera a Corea del Norte su principal amenaza. Apunta a China y quiere que Seúl enfrente a Pyongyang sin asistencia directa. Esta modificación puede redefinir la crisis de defensa en la península.
Riesgos nucleares, acuerdos paralelos y un equilibrio en juego
El temor de Seúl es quedar al margen de posibles pactos entre Trump y Kim. Ya hubo contactos, y si se negocia limitar misiles de largo alcance sin eliminar armas de corto alcance, Corea del Sur quedaría expuesta.
Expertos como Ankit Panda advierten que Corea del Norte es hoy más peligrosa. Posee más cabezas nucleares y capacidad para amenazar a aliados, mientras Rusia y China relajan sanciones.
Algunos analistas sugieren un enfoque pragmático: contener, no desnuclearizar. Pero Seúl lo rechaza por temor a validar a Pyongyang como potencia atómica. Esto podría generar un efecto dominó en Asia.
Si Washington cierra acuerdos sin involucrar a Seúl, crecerán los llamados a que Corea del Sur desarrolle sus propias armas nucleares. La crisis ya no sería solo bilateral, sino regional y potencialmente irreversible.
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