PUNTOS IMPORTANTES:
- El dólar enfrenta presión por cobertura masiva de riesgos.
- Los inversores mantienen activos en Estados Unidos sin fuga real.
- La cobertura de divisas altera la trayectoria del mercado.
Dólar y los flujos de inversión
El dólar ha iniciado su peor año desde 1973, con un rebote veraniego débil. Aunque la política económica estadounidense genera dudas, los datos evidencian un panorama muy distinto para los inversores.
De hecho, no se observa fuga de capitales en los mercados de Estados Unidos. Entre abril y junio, los extranjeros adquirieron 545.000 millones en activos, desde bonos del Tesoro hasta acciones corporativas.
Sin embargo, la presión proviene de una carrera por coberturas cambiarias, no de ventas masivas. Los fondos buscan reducir riesgo frente al dólar mediante derivados financieros, manteniendo sus inversiones principales.
El Banco de Pagos Internacionales confirmó que la caída del dólar responde más a estrategias de cobertura que a desconfianza estructural. No es una fuga de activos, sino una cobertura masiva con fines de protección.
En abril y mayo, el mayor retroceso ocurrió en Asia. Esto revela que aseguradoras japonesas y fondos regionales lideraron la cobertura. Así, se generaron ventas técnicas de dólares en derivados sin liquidar tenencias principales.
Impacto en los mercados internacionales
Además, los fondos europeos siguieron el mismo camino. En Dinamarca, el sector de pensiones aumentó su ratio de cobertura del 61% al 74%, reduciendo 30.000 millones de exposición neta al dólar.
Por otro lado, en Países Bajos, el mayor sistema de pensiones elevó su ratio del 25% al 28%, recortando 50.000 millones de exposición no cubierta, incluso antes de la volatilidad registrada en abril.
En consecuencia, esta dinámica muestra cómo el mercado percibe fragilidad. Aunque los activos estadounidenses siguen siendo atractivos, las coberturas masivas ejercen presión sobre el dólar en el corto plazo.
De hecho, el modelo de valor justo de BNP Paribas indica que el dólar debería ser más fuerte frente al euro. Sin embargo, los flujos de cobertura distorsionan las relaciones tradicionales con tasas de interés y materias primas.
Finalmente, los analistas proyectan que el dólar podría caer bajo 1,20 por euro en 2026. Incluso, Morgan Stanley lanzó una plataforma para medir ratios de cobertura, reflejando el interés institucional en este cambio estructural.
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