PUNTOS IMPORTANTES:
- Acciones de IA como Nvidia, Meta y Palantir cayeron con fuerza mientras aumentan dudas sobre la sostenibilidad del sector.
- El gasto en infraestructura supera ampliamente los ingresos actuales, con empresas como OpenAI proyectando pérdidas masivas.
- El mercado enfrenta presión por apalancamiento, deuda récord y retrasos en centros de datos en medio de un ciclo de inversión sin precedentes.
El boom de la inteligencia artificial continúa atrayendo capital, pero las últimas semanas evidencian una creciente fragilidad en los mercados, donde cualquier señal de debilidad desencadena ventas abruptas. Las empresas del sector enfrentan un entorno de enormes inversiones, expectativas poco realistas y tensiones financieras que recuerdan a etapas tempranas de otras revoluciones tecnológicas.
Fragilidad reciente en los mercados
Durante la semana pasada, varias de las compañías más expuestas a la IA registraron fuertes descensos. Nvidia (NVDA) perdió 7 % en cinco días y retrocedió otro 3 % el martes, alejándose de su hito previo de 5 billones de dólares en capitalización bursátil. Incluso firmas con resultados sólidos sufrieron el castigo del mercado: Meta Platforms (META) cayó casi 17 % desde su informe del tercer trimestre, mientras Palantir (PLTR) retrocedió cerca de 8 % tras reportar ganancias consideradas razonables.
Las dudas están lejos de ser infundadas. El mercado observa con preocupación que la inversión en infraestructura de IA excede ampliamente los ingresos actuales del sector. OpenAI, por ejemplo, planea gastar 1,4 billones de dólares en los próximos ocho años, pero genera apenas 20.000 millones por año, sin un modelo claro para alcanzar los cientos de miles de millones necesarios. La empresa proyecta pérdidas de 74.000 millones en 2028, situación que llevó a su director ejecutivo, Sam Altman, a intentar tranquilizar a los inversionistas con promesas de dispositivos, robótica y servicios de computación en la nube que aún no existen.
Otro foco de tensión es el uso masivo de deuda para financiar los proyectos de IA. Oracle (ORCL) firmó un acuerdo de 300.000 millones de dólares con OpenAI para suministro de cómputo y emitió 18.000 millones en bonos. Según Goldman Sachs, las empresas vinculadas a la IA han emitido 139.000 millones en deuda corporativa este año, un incremento del 23 % respecto a 2023. Meta Platforms organizó un financiamiento de 27.300 millones para un centro de datos en Luisiana, la mayor operación privada de deuda jamás registrada.
Tensiones operativas, deuda récord y riesgos para el mercado tecnológico
Además de las presiones financieras, las empresas enfrentan cuellos de botella en suministros, energía y construcción. CoreWeave (CRWV), respaldada por Nvidia, informó retrasos en la edificación de centros de datos que afectarán sus ingresos del trimestre. Sus acciones cayeron 16 % el martes y acumulan una pérdida de un tercio desde la semana pasada. Este tipo de episodios alimenta la percepción de vulnerabilidad en un mercado que se mantiene altamente apalancado.
A pesar de todo, no hay señales de que el gasto en IA esté disminuyendo. Las grandes tecnológicas planean más de 400.000 millones de dólares en inversiones este año. Proveedores clave como Advanced Micro Devices (AMD), Arm (ARM) y Supermicro (SMCI) mantienen una postura optimista. Nvidia anticipa un crecimiento de ingresos del 56 % interanual para su próximo trimestre fiscal.
El entusiasmo persiste. La directora ejecutiva de AMD, Lisa Su, afirmó que muchos clientes que esperaban una estabilización en 2024 ahora planean acelerar inversiones en IA, priorizando cualquier recurso adicional que les permita obtener ventajas competitivas. Estas perspectivas han impedido una caída mayor en el mercado, pese a episodios de volatilidad recurrente como el impacto generado por DeepSeek, un modelo chino que opera con menos chips de los esperados.
¿Burbuja o etapa natural de un nuevo ciclo tecnológico?
Aunque las correcciones son frecuentes, algunos fundamentos continúan apoyando la narrativa de crecimiento. Las valoraciones del sector no alcanzan niveles extremos: el Nasdaq Composite cotiza a un P/E adelantado de 29, lejos del pico de 32 visto en 2021. Sin embargo, tras tres años de inversiones masivas sin un modelo de rentabilidad claro, los brotes de temor e incertidumbre se han vuelto inevitables entre los participantes del mercado.
En última instancia, la historia de la IA avanza impulsada por las intenciones reales de gasto de las grandes tecnológicas. Pero la combinación de capital intensivo, plazos largos, deuda elevada y expectativas desalineadas significa que los inversionistas deben prepararse para una etapa prolongada de volatilidad en los mercados, donde incluso las buenas noticias pueden no ser suficientes para sostener las valoraciones.
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