PUNTOS IMPORTANTES:
- Este metal subió con fuerza en 2025 y los analistas creen que hay oportunidad de ver nuevos máximos en 2026.
- Estados Unidos está acaparando inventarios por temor a aranceles, tensando la oferta global.
- En paralelo, una menor producción minera, fuerte demanda por IA y transición energética sostienen el escenario alcista.
El cobre vivió un año explosivo y el rally parece lejos de agotarse. El metal rojo encadenó varios máximos históricos impulsado por problemas de suministro, miedo a futuros aranceles en Estados Unidos y una demanda estructural que no deja de crecer.
Para varios analistas, el escenario está servido para que los precios sigan escalando en 2026.
Desde Citi advierten que el cobre se ha convertido en una pieza clave de dos grandes motores de la economía global. La transición energética y el boom de la inteligencia artificial están disparando el consumo del metal en redes eléctricas, centros de datos y sistemas de refrigeración. Todo eso ocurre en un momento en el que la oferta minera no logra reaccionar al mismo ritmo.
El banco cree que los déficits de cobre se profundizarán a medida que Estados Unidos continúe acaparando inventarios gracias a oportunidades de arbitraje. En un escenario alcista, Citi proyecta que el precio podría alcanzar 13.000 USD por tonelada a comienzos de 2026 y escalar hasta 15.000 USD en el segundo trimestre del año.
Cobre: Aranceles, arbitraje y un mercado cada vez más ajustado
El fenómeno más llamativo del mercado actual es el fuerte flujo de cobre hacia Estados Unidos. El temor a que Washington imponga aranceles a las importaciones de cobre refinado a partir de 2027 incentivó a los traders a adelantar compras y enviar grandes volúmenes al país.
Según datos de StoneX, las entradas de cobre refinado a Estados Unidos aumentaron unas 650.000 toneladas este año, elevando los inventarios hasta cerca de 750.000 toneladas. La razón es clara: El cobre se paga más caro en Estados Unidos que en otros mercados, lo que genera un incentivo inmediato para redirigir el metal.
Esta dinámica dejó al resto del mundo con menos oferta disponible. Las existencias en la Bolsa de Metales de Londres, considerada el termómetro global del mercado, cayeron con fuerza. Hoy rondan las 165.000 toneladas y cerca del 40% ya está comprometido para entrega física, un nivel que refuerza la sensación de escasez.
En paralelo, los precios al contado en la LME alcanzaron 11.816 USD por tonelada, mientras que los futuros a tres meses cerraron cerca de 11.515 USD. En lo que va del año, el cobre acumula una subida del 36% y solo en el último mes avanzó un 9%.
Menos cobre en las minas y más presión para 2026
El rally no solo responde a factores financieros. La oferta minera atraviesa un momento complejo. Deutsche Bank calificó 2025 como un año marcado por fuertes interrupciones, con problemas operativos que obligaron a varias grandes mineras a recortar previsiones.
En la última semana, productores clave redujeron sus estimaciones de producción para 2026 en unas 300.000 toneladas. Glencore ajustó su pronóstico a un rango de entre 810.000 y 870.000 toneladas, afectada por una menor adquisición en la mina chilena Collahuasi. Rio Tinto también anticipó una caída en su producción de cobre para el próximo año.
Para el banco alemán, el mercado muestra un déficit claro, con una oferta más débil a finales de 2025 y comienzos de 2026. Ese desequilibrio podría llevar a precios máximos y a un mercado aún más tenso durante el primer semestre del año próximo.
El cobre, tradicional termómetro de la economía global, ya no solo refleja crecimiento. Hoy también expone un mundo que electrifica, digitaliza y compite por recursos cada vez más escasos.











