PUNTOS IMPORTANTES:
- Una acción china está emergiendo como el gran competidor en chips de IA tras las restricciones de Estados Unidos a Nvidia.
- La escasez de chips en China convierte a Baidu en un candidato clave para abastecer el mercado interno de IA.
- Su división Kunlunxin crece rápido y los analistas prevén ventas de hasta 8.000 millones de yuanes en 2026.
Durante años, Baidu (BIDU) fue conocido como “el Google chino”. Hoy su historia es distinta. La compañía ha ido girando hacia la inteligencia artificial, los coches autónomos y, sobre todo, hacia un negocio que podría cambiar su futuro: los chips propios de IA.
Esto deja un terreno que se ha vuelto estratégico desde que Estados Unidos endureció las restricciones a Nvidia (NVDA). En este nuevo escenario, Baidu ha pasado de ser un actor secundario a convertirse en una de las grandes apuestas tecnológicas del país.
En las últimas semanas, varios analistas han mejorado su visión sobre la acción, destacando que su división de semiconductores (Kunlunxin) está comenzando a captar pedidos nacionales a un ritmo que pocos preveían. La compañía presentó además una hoja de ruta ambiciosa para los próximos cinco años: el chip Kunlun M100 llegará en 2026 y el M300 en 2027, dos modelos diseñados para entrenar y ejecutar sistemas de IA de gran escala.
En paralelo, la empresa también obtiene ingresos vendiendo chips a terceros y alquilando potencia informática desde su nube, donde quiere ofrecer un paquete completo de soluciones: desde el chip hasta la aplicación final.
El despertar de Kunlunxin no ha pasado desapercibido. A principios de año, la división consiguió pedidos de proveedores de China Mobile, y analistas como los de Deutsche Bank ya la consideran uno de los líderes nacionales en chips de alto rendimiento para IA, cloud y telecomunicaciones.
El camino que abre las puertas a la acción china
La oportunidad es evidente. Desde 2023, Washington bloqueó la venta de GPUs punteras de Nvidia a China, incluidas las más demandadas para entrenar modelos gigantes. Y aunque Nvidia lanzó versiones recortadas para el mercado chino, como la H20, Pekín ha presionado a las tecnológicas locales para que reduzcan su dependencia de ellas. En ese vacío han entrado Huawei y ahora Baidu, con analistas que apuntan que el potencial de crecimiento podría ser explosivo.
JPMorgan estima que las ventas de chips de Baidu se multiplicarán por seis hasta alcanzar los 8.000 millones de yuanes (unos 1.100 millones de dólares) en 2026. Macquarie eleva aún más las expectativas y valora la división de chips en unos 28 mil millones de dólares. No es casualidad: el mercado chino busca desesperadamente alternativas locales en plena escasez global de semiconductores.
El problema del suministro es serio. Alibaba y Tencent llevan semanas advirtiendo que la falta de chips está frenando inversiones y ampliaciones de centros de datos. No es por falta de demanda (de hecho, la demanda de IA está creciendo tan rápido que ni siquiera pueden instalar servidores al ritmo necesario) sino porque el acceso a GPUs estadounidenses se ha vuelto casi imposible.
China intenta suplir el déficit fabricando localmente, pero su principal productor, SMIC, sigue lejos de poder competir en tecnología con TSMC. La brecha obliga a las compañías a exprimir cada chip disponible y a optimizar modelos para consumir menos recursos.
En ese contexto, Baidu tiene una ventana única. Su apuesta por el hardware propio no es solo una estrategia de crecimiento, sino una necesidad para mantener vivo su ecosistema de IA. Y, como apuntan analistas consultados por CNBC, también puede convertirse en la llave para que otras tecnológicas chinas cubran su demanda en los próximos años.
Si Baidu logra entregar nuevas generaciones de Kunlun a tiempo y con el rendimiento prometido, no solo resolverá su propio cuello de botella: podría transformarse en el proveedor estratégico de toda la industria de IA del país.














