PUNTOS IMPORTANTES:
- Moody’s recorta calificación y bancos reaccionan.
- JPMorgan y BofA esperan un impacto acotado en mercados.
- UBS y Morgan Stanley apuestan a recuperación en acciones.
Wall Street relativiza la rebaja crediticia y mantiene la calma
El lunes, Estados Unidos perdió su última calificación de triple A, tras la decisión de Moody’s de recortar su nota soberana de Aaa a Aa1, citando preocupaciones fiscales. La noticia provocó un retroceso momentáneo en los bonos, con el rendimiento del Treasury a 30 años superando brevemente el 5%, su nivel más alto desde 2023.
Sin embargo, lejos de provocar pánico, los principales bancos de Wall Street señalaron que el impacto sería limitado. JPMorgan destacó que, a diferencia de episodios previos, los mercados ahora se encuentran mejor posicionados y con expectativas más equilibradas.
“Este evento debería generar movimientos menores que los registrados en abril tras los anuncios arancelarios del ‘Día de la Liberación’”
Agregaron que, al ser Moody’s la última de las tres agencias en hacer el recorte, la medida “no fue una sorpresa para el mercado”.
Los bonos reaccionan poco y los bancos descartan ventas forzadas
Bank of America (BAC) coincidió en que la reacción podría ser de corta duración. En una nota a sus clientes, señaló que aunque los rendimientos podrían subir levemente, no se esperan ventas forzadas de bonos del Tesoro.
Esto se debe a que los principales índices de renta fija no exigen calificación triple A para mantener deuda estadounidense en cartera. Así, la decisión de Moody’s, aunque simbólica, no altera la elegibilidad de los bonos en los portafolios institucionales.
En 2023, cuando Fitch recortó la calificación de EE. UU., los rendimientos del Tesoro también subieron, pero factores macroeconómicos como las subas de tasas y la mayor emisión de deuda también influyeron. Ahora, las condiciones son más estables.
Bancos ven oportunidad en acciones pese al revés crediticio
En el frente accionario, UBS afirmó que el recorte fue bien digerido por los inversores y que la atención se ha desplazado hacia temas como los nuevos aranceles estadounidenses.
“Creemos que el factor sorpresa se ha desvanecido”
Para los analistas del banco suizo, la atención está puesta en que la tasa efectiva de aranceles en EE. UU. se estabilice en torno al 15%, lo que tendría más peso sobre el sentimiento inversor que la rebaja de nota en sí misma.
Morgan Stanley (MS) fue incluso más optimista: sugirió que el retroceso inicial en las acciones podría ser una oportunidad de compra. Su equipo considera que la fortaleza en las ganancias corporativas podría ser el motor de un nuevo avance en el S&P 500, aún con la calificación degradada.
En resumen, aunque EE. UU. ya no conserva su estatus de emisor soberano perfecto, para Wall Street el efecto práctico de esta decisión no altera la tendencia de fondo. Los inversores, al parecer, siguen confiando.
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