PUNTOS IMPORTANTES:
- Un indicador de inflación que sigue de cerca la Reserva Federal volvió a subir en agosto y preocupó al gobierno.
- El índice de precios de gastos de consumo personal (PCE) subió 2,7% interanual, la mayor cifra desde febrero.
- Estos datos no hacen otra cosa que aumentar las tensiones entre la Casa Blanca y la Fed, con Jerome Powell en la mira.
El indicador de inflación favorito de la Reserva Federal volvió a moverse en agosto. Según informó el Departamento de Comercio, el índice de precios de gastos de consumo personal (PCE) avanzó un 2,7% respecto al año anterior, por encima del 2,6% de julio y en su nivel más alto desde febrero.
La llamada inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, se mantuvo en 2,9%, en línea con lo que anticipaban los analistas.
En términos mensuales, los precios crecieron un 0,3%, acelerando frente al 0,2% de julio, mientras que la inflación subyacente repitió un 0,2%.
Lo que sí sorprendió fue el gasto de consumo ajustado a la inflación, que subió un sólido 0,4% impulsado por un mayor apetito por bienes, con un incremento del 0,7%. En cambio, los servicios apenas avanzaron un 0,2%, mostrando señales de enfriamiento en sectores como viajes y restauración.
“El consumidor estadounidense sigue mostrando resiliencia, aunque el impulso viene principalmente de los hogares con mayores ingresos”, advertía Michael Pearce, economista de Oxford Economics. Y es que, aunque los ingresos totales aumentaron un 0,4%, los salarios solo crecieron un 0,3%, moderándose respecto al 0,5% del mes anterior.
La inflación no logra controlarse y crece la tensión entre Trump y Powell
La inflación general lleva meses a la baja desde el ciclo de 11 subidas de tipos que aplicó la Fed entre 2022 y 2023, pero sigue sin ceder del todo al objetivo del 2%.
La semana pasada, el banco central decidió recortar los tipos por primera vez en el año, intentando aliviar un mercado laboral que empieza a dar síntomas de debilidad.
Aun así, Jerome Powell se mueve con cautela: quiere medir el impacto de los aranceles de Donald Trump, que han encarecido las importaciones y amenazan con trasladar nuevos costes a la inflación.
Mientras tanto, la presión política no afloja. Trump ha atacado repetidamente a Powell, calificándolo de “idiota” y de actuar “demasiado tarde”, y exige recortes más agresivos. Incluso intentó destituir a Lisa Cook, miembro de la junta de la Fed, lo que abrió un pulso en los tribunales que podría llegar hasta la Corte Suprema.
El dato del PCE, además de añadir tensión a la relación entre la Fed y la Casa Blanca, se convierte en la referencia clave para anticipar los próximos movimientos de política monetaria. Y en un clima de volatilidad global, cada décima de inflación puede cambiar el rumbo de los mercados.













