PUNTOS IMPORTANTES:
- El único analista de Wall Street que recomienda vender Nvidia cree que la acción se derrumbará por estos motivos.
- Señala compromisos por miles de millones de dólares y acuerdos con clientes que, según él, ocultan la verdadera situación del mercado.
- Advierte que las TPU de Google ya compiten seriamente con Nvidia y que la inversión masiva en clientes refleja un entorno cada vez más desafiante para la compañía.
En Wall Street casi todos siguen enamorados de Nvidia (NVDA)… salvo un oso. Jay Goldberg, analista de Seaport y el único que mantiene una recomendación de venta sobre la acción, volvió a encender las alarmas con un informe que contradice el entusiasmo generalizado.
Según sus cálculos, la compañía podría caer hasta los 140 USD, lo que implicaría un retroceso del 21% desde el cierre del viernes, cuando la acción se situó en 177 USD. Ahora cotiza en 184 USD.
Es un mensaje que llega en un momento donde todo es optimismo. Nvidia ha subido más de un 37% en lo que va de año. Sin embargo, para Goldberg existe un problema profundo: la creciente presión competitiva y unas prácticas de venta que, en su opinión, distorsionan la lectura real del negocio.
La sombra de los “mecanismos de venta” y la contabilidad difícil de seguir de Nvidia
En su última nota, Goldberg reconoció que Nvidia no está haciendo nada “malicioso”, pero sí advirtió que el auge de la IA ha creado una estructura comercial opaca. Según él, la compañía ha recurrido a acuerdos con clientes y mecanismos de respaldo que no se reflejan del todo en los resultados, aunque ya mueven cifras considerables.
Uno de esos puntos es el enorme volumen de gastos prepagados en computación en la nube: 26 mil millones de dólares que Nvidia clasifica como inversión en I+D y infraestructura vinculada a su plataforma DGX. Para Goldberg, no todo encaja. Considera más plausible que parte de ese dinero funcione como una forma de compensación o soporte a clientes que compran los sistemas de la compañía.
La tesis es simple: empresas que adquieren tecnología de Nvidia garantizan el uso de esos sistemas, mientras Nvidia se compromete a absorber capacidad sobrante. Todo esto, según él, no solo altera la interpretación de los ingresos, sino que anticipa una batalla de precios y márgenes en un sector cada vez más competitivo.
Inversiones multimillonarias y un mercado que se endurece
El capital circulante de Nvidia también creció con fuerza este año. La empresa lo presenta como reflejo de una demanda robusta, aunque Goldberg subrayó otro detalle: la avalancha de inversiones y compromisos asumidos con clientes estratégicos.
En total, Nvidia gastó 6.000 millones de dólares en empresas privadas en 2025 y ya tiene otros 17.000 millones comprometidos, incluidos 5.000 millones con Intel. El acuerdo con OpenAI (todavía sin firma final) podría sumar hasta 100.000 millones de dólares adicionales.
La lectura del analista es clara. Nvidia puede defender estas inversiones como “semillas” de futuro, que se valorizarán cuando esas compañías reciban capital y compren más hardware. Pero el volumen de dinero en juego apunta a otra cosa: una carrera para defender cuota de mercado ante competidores cada vez más agresivos.
Entre ellos, uno destaca especialmente.
Google, la amenaza silenciosa de Nvidia
Goldberg dedicó una parte importante de su informe a las TPU de Google, chips diseñados para entrenamiento e inferencia de modelos de IA. Aunque no sirven para todos los casos de uso, asegura que ya superan a los sistemas de Nvidia en varias métricas y que Google está avanzando más rápido de lo esperado en llevar esta tecnología a terceros.
Para un mercado donde la eficiencia y la capacidad de cómputo definen quién gana, ese movimiento puede ser decisivo.
Un consenso casi unánime… salvo por una única voz
A pesar de sus advertencias, Goldberg sigue siendo un caso aislado. De los 66 analistas que cubren la acción, 59 recomiendan comprar, seis sugieren mantener y solo uno (él) dice vender. TipRanks confirma que Seaport es la única firma con esa calificación bajista.
En un mercado dominado por el entusiasmo por la IA, Goldberg parece dispuesto a mantener su postura contracorriente. Su tesis puede gustar más o menos, pero introduce una pregunta incómoda: ¿cuánto de la valoración de Nvidia es crecimiento real… y cuánto es euforia?














