PUNTOS IMPORTANTES:
- El oro no para de aumentar y lograr récord tras récord. Pero, ¿hasta dónde puede llegar a subir?
- Los bancos centrales están comprando el metal como cobertura ante un posible deterioro del dólar.
- Con estabilidad económica, se movería en un rango moderado; con miedo real, podría explotar.
El impulso no ha venido de la euforia especulativa, sino del temor.
Miedo a la debilidad del dólar, a una Reserva Federal atrapada entre inflación y deuda creciente, y a tensiones geopolíticas que ya no se limitan a titulares. Cada vez que el mundo tose, el oro sube medio escalón.
Para que alcance los 5.000 USD (una subida cercana al 21% desde los niveles actuales) no bastará con que los inversores lo quieran en cartera: hará falta un evento de impacto global.
La historia es clara. Los grandes saltos del oro no nacen de la calma, sino del caos. Así ocurrió en 1980 con el shock del petróleo y en 2008 tras el colapso financiero. Hoy, los ingredientes vuelven a mezclarse: una deuda estadounidense que supera los 35 billones de dólares, un Congreso que gobierna a golpe de parches fiscales y unos bancos centrales comprando oro como si supieran algo que los demás no.
Los analistas más conservadores prevén un rango de entre 4.000 y 4.500 USD si la economía se mantiene estable. En cambio, con una recesión severa o una escalada militar abierta, el salto a 4.800 o incluso 5.000 USD dejaría de ser ciencia ficción. La clave no es el deseo del mercado, sino el pánico del sistema financiero.
En resumen: el oro no subirá a 5.000 USD porque sí. Lo hará cuando el mundo vuelva a romperse un poco más.