PUNTOS IMPORTANTES:
- Para algunos, Robert Kiyosaki es un profeta financiero. Para otros, un vendedor profesional del apocalipsis.
- Sus predicciones siempre terminan en el mismo consejo: comprar oro, plata y Bitcoin.
- Lo cierto es que pocas figuras consiguen generar tanto debate como él.
Robert Kiyosaki, autor del bestseller Padre Rico, Padre Pobre, se convirtió en una figura de referencia para millones de inversores minoristas. Pero también en uno de los personajes más polémicos del mundo financiero. Desde hace más de dos décadas viene advirtiendo sobre un inminente colapso económico global… que, según él, siempre está a punto de ocurrir.
A principios de los 2000 ya alertaba de una burbuja inmobiliaria que hundiría Estados Unidos. En 2008 acertó parcialmente, pero desde entonces su discurso se volvió un ciclo constante de predicciones apocalípticas: hiperinflación en dólares, caída total de Wall Street, colapso del sistema bancario y fin del dinero fiduciario. Sin embargo, la economía siguió funcionando.
Lo singular del caso Kiyosaki no es solo el tono profético, sino su insistencia en que la única salida es comprar oro, plata y Bitcoin. En junio aseguró que el oro alcanzará 15 millones de dólares por tonelada, la plata 1 millón y Bitcoin superará 10.000.000 USD. En redes sociales se presenta como la voz que “dice la verdad” frente a gobiernos corruptos y bancos centrales manipuladores.
Muchos le acusan de alarmismo interesado. Cada vez que lanza una predicción catastrófica, promociona su newsletter o algún nuevo curso financiero. Otros, en cambio, le ven como un adelantado a su tiempo que simplemente está demasiado pronto en sus previsiones.
¿Es un visionario incomprendido o un vendedor del miedo? Lo cierto es que pocas figuras consiguen generar tanto debate como él. Sus fans lo siguen como un gurú antisistema. Sus críticos lo acusan de repetir el mismo discurso desde hace veinte años. En tiempos de incertidumbre, Kiyosaki encontró el negocio perfecto: vender certezas en medio del caos.