PUNTOS IMPORTANTES:
- Precios de vivienda podrían subir, pero sin repetir el boom del pasado.
- Caída en tasas e impulso político podrían elevar la demanda a corto plazo.
- Regulación, renta y oferta limitan el crecimiento sostenido del sector.
¿Está llegando a su fin el crecimiento de la vivienda en Reino Unido?
Durante décadas, en Reino Unido se dio por sentado que los precios de vivienda solo podían subir, al punto de planificar jubilaciones y políticas públicas sobre esa base.
Desde los años 70, cada generación acumuló riqueza a través del mercado inmobiliario. Comprar era una apuesta segura, incluso con caídas puntuales entre ciclos de expansión sostenida.
Esa lógica llevó a que el mercado de vivienda valga más de 9 billones de libras, según Savills. Pero la concentración es evidente: los mayores de 60 años controlan 2,95 billones, mientras los menores de 35 apenas poseen 600.000 millones, con alto nivel de deuda.
Las caídas recientes han empujado la tendencia nominal de crecimiento al nivel más bajo en 50 años, y la evolución real se ha estancado. El resultado es un acceso más difícil y menor movilidad habitacional.
Las tasas más bajas y la presión política podrían revivir la demanda
Pese a la incertidumbre, factores recientes han reactivado la actividad. Las aprobaciones hipotecarias volvieron a su nivel prepandemia y marzo registró un alza de 79% en transacciones, según HMRC.
El repunte está apoyado por mejores condiciones de crédito y una demanda reprimida, aunque aún limitada a quienes realmente pueden pagar, lo que reduce el efecto real de la presión demográfica.
Analistas advierten que el mercado sigue tenso. Aunque hay más interés, la asequibilidad sigue siendo muy baja, y muchos compradores dependen de altos ingresos conjuntos o ayuda familiar.
El gobierno británico ha retomado su impulso habitual: desregular el crédito para animar el mercado. Ya se discute la eliminación de límites de préstamo sobre ingresos y de pruebas de esfuerzo.
A corto plazo podría haber un último repunte… pero no será como antes
Los modelos proyectan que la flexibilización podría aumentar el poder adquisitivo hasta 20%, lo que se traduciría en un impulso similar en precios, si las tasas siguen bajando bajo el 4%.
Pero eso tiene un límite. Si el escenario económico global se deteriora, especialmente en EE.UU., cualquier repunte podría ser breve. Una recesión borraría las ganancias de inmediato.
Mientras tanto, la oferta sigue rígida. La mayoría de las viviendas disponibles son de segunda mano, y aunque las reformas al sistema de planificación buscan destrabar la construcción, el efecto será lento.
La rentabilidad de los alquileres sube, lo que podría atraer de vuelta a algunos arrendadores. En 2021 el retorno era del 5,65%, y a finales de 2024 ya supera el 6,99%, según UK Finance.
El futuro del mercado dependerá más de salarios que de burbujas
A mediano plazo, los precios de vivienda tenderán a seguir el ritmo de los salarios, más que generar rentabilidades por encima de la inflación como en décadas anteriores.
Para quienes lograron comprar, un repunte breve será una buena noticia. Pero para los que aún están fuera del mercado, las posibilidades de que los precios bajen de verdad son escasas.
El gran interrogante es si Reino Unido podrá dejar de depender del auge inmobiliario como palanca económica. Las señales iniciales apuntan a que no.
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