PUNTOS IMPORTANTES:
- Escasez de suministro y demanda institucional creciente: La cantidad de Bitcoin líquido disponible para operar ha disminuido significativamente, mientras que la demanda por parte de inversores institucionales —impulsada por los ETFs al contado— no deja de aumentar.
- Efecto multiplicador en el precio: Según Sygnum, cada dólar de demanda podría traducirse en $20–$30 de capitalización de mercado, lo que sugiere un potencial explosivo si ingresan grandes fondos como los de pensiones o soberanos.
- Marco regulatorio favorable y atractivo como reserva de valor: El avance en claridad regulatoria en EE. UU. y Europa, junto con la naturaleza deflacionaria de Bitcoin, refuerzan su posición como refugio macroeconómico frente a la inflación y la incertidumbre global.
Bitcoin (BTC) podría estar al borde de una escasez de suministro sin precedentes que desencadene un crecimiento exponencial de su valor, según advierte Katalin Tischhauser, directora de investigación del grupo bancario de activos digitales Sygnum. En una reciente entrevista, Tischhauser subrayó que la combinación entre una oferta líquida decreciente y una creciente demanda institucional configura un escenario único en comparación con ciclos anteriores.
“Una gran demanda tendrá un efecto multiplicador fuerte, es decir, cada dólar de demanda podría generar entre 20 y 30 dólares adicionales en capitalización de mercado,” explicó Tischhauser. “Ya hemos visto este efecto tras el lanzamiento de los ETFs de Bitcoin al contado o durante las elecciones en EE. UU.”
Menor oferta, mayor presión de compra
La experta detalló que el entorno actual de BTC se caracteriza por restricciones estructurales en la oferta. Durante los últimos 18 meses, la cantidad de Bitcoin líquido —aquel disponible para transacciones— ha disminuido de forma constante. Este fenómeno se debe principalmente al comportamiento de “hodling” por parte de inversores a largo plazo y a la aparición de vehículos de inversión centrados exclusivamente en adquirir BTC.
Fondos como Strategy y Twenty One Capital, entre otros, han absorbido grandes cantidades del suministro circulante de BTC, reduciendo drásticamente la disponibilidad para inversores minoristas e institucionales.
A este contexto se suma la entrada masiva de capital institucional, incentivada por la aprobación de ETFs de Bitcoin al contado, los cuales han registrado apenas cuatro días de salidas desde el 16 de abril. Esto demuestra un interés sostenido por parte de inversores sofisticados.
Marco regulatorio favorable y atractivo deflacionario
Tischhauser también destacó que la mayor claridad regulatoria en regiones como Estados Unidos y Europa está actuando como un catalizador adicional para la adopción institucional. En un entorno macroeconómico marcado por la incertidumbre y las tasas de interés elevadas, Bitcoin está ganando atractivo como activo deflacionario y no soberano.
Este contexto ha llevado a algunos analistas a proyectar precios objetivos ambiciosos, que oscilan entre los $130,000 y $1.5 millones por BTC. Sin embargo, otras voces más cautelosas apuntan a una fase de consolidación a corto plazo, interpretada como una “pausa saludable” tras el último rally.
¿Qué podemos esperar?
Si el efecto multiplicador planteado por Tischhauser se materializa, incluso entradas modestas de capital por parte de fondos de pensiones, fondos soberanos o grandes gestoras de activos podrían provocar movimientos parabólicos en el precio de Bitcoin.
A medida que BTC se consolida como un activo macroeconómico y reserva digital de valor, sus dinámicas de oferta podrían convertirse en la variable más crítica a seguir en los próximos meses.