PUNTOS IMPORTANTES:
- Mercado atento a la escalada entre Irán, Israel y Estados Unidos
- El crudo sube 10% y marca el ritmo del ánimo inversor
- La Fed mantiene postura en medio de señales de desaceleración
Los mercados inician la semana bajo el peso de una creciente tensión internacional. El ataque de Estados Unidos a objetivos en Irán ha intensificado el conflicto entre Israel e Irán, en un momento en que los inversionistas también intentan anticipar los próximos movimientos de la Reserva Federal. A pesar de la volatilidad, las bolsas cerraron la semana pasada con movimientos moderados, mientras las materias primas como el petróleo reaccionaron con más fuerza.
Estados Unidos entra en escena
El sábado, el presidente Donald Trump confirmó que las fuerzas armadas estadounidenses llevaron a cabo ataques sobre tres ubicaciones en Irán. Esta acción representa la primera participación militar directa de Washington desde el inicio de la escalada el 13 de junio entre Israel e Irán.
Durante un mensaje desde la Casa Blanca, Trump advirtió que podría haber más acciones si “la paz no llega pronto”.
Las implicaciones de esta ofensiva para el mercado son inmediatas, especialmente en lo que respecta al precio del petróleo y la percepción de riesgo global. Los analistas prevén que estos eventos marcarán el pulso de los activos financieros en los primeros días de la semana.
El precio del crudo se dispara 10%
El conflicto en Medio Oriente ya se refleja en los precios del petróleo. Desde el primer ataque israelí a mediados de junio, el West Texas Intermediate (WTI) ha subido cerca de 10%, ubicándose en torno a los 75 dólares por barril el viernes pasado.
Según un análisis de Nicholas Colas, cofundador de DataTrek Research, los mercados aún no han reaccionado con pánico. Históricamente, el crudo tiende a duplicarse antes de una recesión. Eso sitúa el umbral de preocupación real cerca de los 120 dólares por barril, lo que implicaría un conflicto mucho más prolongado.
Inflación y crecimiento en foco
Aunque la geopolítica acapara la atención, los inversionistas también estarán pendientes de los datos económicos de esta semana. El viernes se publica el índice de gastos de consumo personal (PCE) de mayo, la medida de inflación favorita de la Reserva Federal. Se espera que el PCE subyacente se ubique en 2,6% interanual, apenas por encima del 2,5% de abril.
Otros reportes relevantes incluirán indicadores del sector manufacturero y de servicios, así como cifras de confianza del consumidor. Además, el presidente de la Fed, Jerome Powell, comparecerá ante el Congreso durante dos días, en su testimonio semestral de política monetaria.
En su última reunión, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) dejó las tasas sin cambios y proyectó dos recortes para lo que resta de 2025. No obstante, la revisión al alza en las expectativas de inflación y la baja en el crecimiento reavivan el temor a un posible escenario de estanflación.
Resistencia con señales de agotamiento
El S&P 500 (SPY) continúa cerca de su máximo histórico, pero no logra superarlo. La semana pasada cerró con una leve caída del 0,15%, mientras que el Nasdaq (QQQ) avanzó 0,2% y el Dow Jones (DIA) se mantuvo estable. Desde el 12 de mayo, el S&P ha estado a menos de 5% de su récord, pero sin romperlo.
Un estudio de Exhibit A señala que, tras una caída del 20%, el índice suele tardar más de tres meses en alcanzar nuevos máximos, incluso después de recuperar terreno. Este patrón sugiere que los inversionistas podrían estar esperando claridad antes de impulsar un nuevo tramo alcista.
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