PUNTOS IMPORTANTES:
- El litio y las tierras raras impulsan una nueva generación de industrias mineras en Texas con respaldo federal multimillonario.
- Empresas como Tesla, EnergyX y TMRC lideran proyectos estratégicos en regiones como Corpus Christi, Texarkana y Round Top.
- La carrera por el litio expone tensiones con China y plantea desafíos ambientales, tecnológicos y de infraestructura en Estados Unidos.
Estados Unidos vive una nueva fiebre industrial en Texas, donde el litio y otros minerales críticos están dando origen a un ecosistema energético que mezcla minería, tecnología e intereses geopolíticos. Lo que antes fueron campos petroleros, hoy se convierten en yacimientos estratégicos de transición energética, con respaldo de empresas como Tesla (TSLA), refinerías emergentes y subsidios federales multimillonarios.
Texas se convierte en epicentro del litio estadounidense
Gigantes como Chevron (CVX), Halliburton (HAL) y ExxonMobil (XOM) están reactivando sus operaciones en Texas, pero no buscan petróleo: ahora perforan en busca de litio y elementos raros como samario, disprosio o berylio. La formación geológica Smackover, en el este del estado, ha revelado los fluidos más ricos en litio de Norteamérica, según la firma Smackover Lithium.
En paralelo, la startup TerraVolta —fundada por el exbanquero Jamie Liang— recibió 225 millones de dólares del Departamento de Energía para construir una refinería en Texarkana. Su modelo extrae minerales de salmuera rica en metales y devuelve el residuo al subsuelo, lo que permitiría acelerar la producción sin requerir evaporación prolongada.
Según Liang, “va a haber una construcción de infraestructura a gran escala” con pozos, tuberías y servicios auxiliares. Al menos dos refinerías más están en etapa avanzada en la zona. Si los precios del litio se mantienen fuertes, más proyectos podrían sumarse en los próximos años.
Tierra, agua y tecnología: el nuevo triángulo crítico
En el desierto del oeste tejano, Texas Mineral Resources Corp. (TMRC) busca explotar tierras raras desde Round Top Mountain, una propiedad de 950 acres. Allí afirma haber producido disprosio de alta pureza, clave para motores eléctricos y semiconductores. El proceso requiere triturar 20.000 toneladas de roca por día y someterlas a baños químicos y separación electromagnética.
El Departamento de Defensa también ha invertido casi 300 millones de dólares en proyectos que procesan samario y otros metales para misiles, motores de aviación y tecnología furtiva. El más avanzado es la planta que planea Lynas Rare Earths Limited, en sociedad con el Pentágono, a orillas de la bahía de San Antonio. Sin embargo, enfrenta obstáculos ambientales: problemas con aguas residuales llevaron a la empresa a suspender permisos y revaluar su plan de construcción.
Al mismo tiempo, startups como Metallium están innovando desde el corazón industrial de Houston, recuperando minerales desde residuos electrónicos e industriales. Usando tecnología desarrollada en Rice University, su planta —programada para 2026— espera transformar basura tecnológica en materias primas críticas.
Tesla y EnergyX lideran apuesta estructural por el litio
La única refinería de litio actualmente operativa en Estados Unidos pertenece a Tesla (TSLA) y se ubica cerca de Corpus Christi, Texas. Inaugurada en diciembre, importa mineral desde Canadá y planea procesar hasta ocho millones de galones de agua por día para generar material grado batería. A unos 110 kilómetros al norte, el Departamento de Defensa financia otra planta de tierras raras junto a Lynas, con una inversión acumulada de 288 millones de dólares.
En Texarkana, la startup EnergyX, respaldada por General Motors (GM), anunció un proyecto de demostración que estará operativo en 2026. Usará adsorbentes y membranas selectivas para extraer litio de forma rápida y con menos consumo hídrico. Según su fundador Teague Egan, el proceso utiliza solo 6.600 galones de agua por tonelada de litio, frente a los volúmenes inmensos requeridos por evaporación convencional.
El objetivo de EnergyX es alcanzar 50.000 toneladas anuales de producción para 2030, consolidando el “hub” del litio estadounidense en la región Smackover. “Texas puede convertirse en un referente global”, declaró Egan, quien compara el auge del litio con la revolución del gas y petróleo que cambió la economía del sur del país.
No obstante, la carrera por el litio enfrenta retos complejos. Falta infraestructura de procesamiento, sobran riesgos ambientales, y China domina la cadena de suministro con capacidad de inundar mercados y arrasar competidores mediante subsidios estatales. Expertos como Michelle Michot Foss, del Baker Institute, advierten que EE. UU. no solo debe abrir minas, sino reconstruir la industria metalúrgica intermedia para reducir su dependencia crítica.
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