PUNTOS IMPORTANTES:
- El mercado entra en una etapa de apuestas extremas y frenesí especulativo.
- La señal de alarma convive con el entusiasmo táctico en los activos más riesgosos.
- La eliminación de límites financieros refuerza una narrativa de ruptura estructural.
Apuestas extremas en el mercado
El mercado ha ingresado en lo que muchos analistas describen como una fase de especulación desenfrenada, impulsada por un renovado apetito por acciones de alto riesgo, criptomonedas alternativas y fenómenos como los “meme stocks”.
Esta etapa recuerda a ciclos anteriores donde la esperanza de ganancias rápidas pesaba más que los fundamentos. La frase “Hey, you never know”, popularizada por la lotería de Nueva York en los años 90, parece haber resurgido como un lema informal del momento.
Los datos de la semana pasada refuerzan esta percepción. Buena parte del volumen negociado se concentró en valores como OpenDoor (OPEN), GoPro (GPRO), Kohl’s (KSS)y Krispy Kreme (DNUT), todos con antecedentes de alta volatilidad y posiciones cortas elevadas.
JPMorgan alertó que la concentración en acciones “high beta” no había sido tan extrema en 35 años. A esto se suma la sexta oleada especulativa en acciones con fuerte interés bajista desde 2020.
Frente a estas señales, algunos expertos como Warren Pies, cofundador de 3Fourteen Research, no descartan que estemos ante una dinámica racionalmente temeraria. Se trataría de una liberación de impulso especulativo que, en ciertos contextos, energiza al propio mercado alcista.
Warren Pies proyecta 6.800 puntos para el S&P a fin de año, pero advierte sobre posibles pausas tácticas en los próximos meses. Las razones serían factores estacionales, menor demanda estructural y un entorno de optimismo excesivo reflejado en su nuevo indicador de sentimiento.
Indicadores de euforia y volatilidad
El aumento de la actividad especulativa no ha pasado desapercibido en Wall Street. Goldman Sachs lanzó un nuevo “Speculative Trading Indicator”, que muestra su alza más pronunciada desde la burbuja tecnológica y la euforia por SPACs y meme stocks entre 2020 y 2021.
El indicador combina volúmenes de penny stocks, empresas sin beneficios y aquellas con valuaciones extremas. El volumen en penny stocks se ubica en el percentil 98 y el turnover de acciones con ratio EV/ventas superior a 10 está en el percentil 96.
Aunque la historia sugiere que estos picos de entusiasmo pueden tener correlación positiva con rendimientos del S&P 500 a tres o seis meses, las consecuencias negativas suelen emerger al año siguiente. La frase “la tendencia es tu amiga hasta que se quiebra” no pierde vigencia.
Este contexto especulativo convive con un proceso más profundo: la remoción acelerada de barandas regulatorias. El Congreso avala los stablecoins y expande la tenencia de criptomonedas.
Se incentiva el préstamo respaldado en activos digitales. Robinhood tokeniza startups para el público minorista. También se flexibilizan requisitos para traders activos y se abren los 401(k) a activos alternativos.
Mercado estructuralmente alterado
Estos cambios responden a una narrativa emergente entre jóvenes: ante un sistema que les niega acceso a vivienda o estabilidad, la especulación apalancada aparece como única vía de ascenso.
Como señala Pies, la “nihilidad financiera” está reemplazando a la ortodoxia del ahorro disciplinado. En este entorno, el mercado no solo refleja precios, sino también tensiones sociales más profundas.
Aunque el núcleo del mercado muestra aún solidez –con rotaciones ordenadas y estabilidad en el S&P 500–, algunos analistas observan señales de sobreextensión, especialmente en el Nasdaq 100, que históricamente alcanza techos en julio.
Las reacciones a resultados empresariales han sido tibias pese a un ritmo de reportes mejor al esperado. Mientras tanto, Microsoft (MSFT)cotiza a más de 33 veces ganancias futuras, cerca de su tope histórico desde los años 2000.
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