PUNTOS IMPORTANTES:
- Los bonos atraviesan su peor ciclo en 10 y 30 años.
- Rendimientos más altos ofrecen mejor punto de partida.
- Carlson advierte: diversificar y entender cada plazo.
Bonos al borde, pero con señales de alivio
Los bonos viven uno de sus peores periodos en la historia moderna, según un análisis de Deutsche Bank que identificó los retornos nominales más bajos en 10 y 30 años del Tesoro. Ben Carlson, de Ritholtz Wealth Management, coincide: los 2020s se perfilan como la peor década registrada, incluso después de ajustar por inflación.
La causa central ha sido la pérdida en rendimientos reales. Carlson advirtió que “la inflación es el mayor riesgo para los bonos”, ya que erosiona los pagos por intereses. El efecto ha sido devastador en plazos largos: los bonos a más de 20 años han perdido más del 40% desde 2022, de acuerdo con el ETF iShares 20-Year+.
A pesar del mal desempeño reciente, las condiciones actuales ofrecen un mejor punto de entrada. Carlson destaca que el rendimiento inicial de los bonos tiene una correlación del 95% con el retorno a cinco y diez años, lo que sugiere retornos superiores en el futuro.
Inversores de ingreso ante un nuevo ciclo
Carlson no considera que los bonos sean una “compra obligada”, pero sí reconoce que el entorno ha cambiado.
“Fue doloroso llegar hasta aquí, pero hoy los inversionistas están en una mejor posición que en los últimos 15 años”
Señaló.
Con tasas más altas, los bonos ofrecen mayor margen de seguridad ante un posible deterioro económico. En caso de recesión o caída de tasas, los inversores obtendrían un doble beneficio: apreciación de precios e ingresos.
Los bonos de corto e intermedio plazo también tienen un rol, pero requieren mayor claridad en su función. Carlson advirtió que, aunque los fondos del mercado monetario han sido populares, sus rendimientos caerán rápidamente si la Fed baja las tasas.
“No ofrecen apreciación porque el plazo es corto”
Explicó.
Por eso, deben usarse como protección ante la volatilidad y no solo por su rendimiento actual. En contraste, los bonos intermedios y largos pueden servir si se busca capturar tasas atractivas para gastos futuros a cinco o diez años.
El mensaje final de Carlson es claro: los inversionistas deben ser más conscientes del rol de cada tipo de bono, considerando su función específica dentro del portafolio.
“Tal vez la diversificación sea la respuesta: tener distintos bonos para distintos escenarios”
Concluyó.
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