PUNTOS IMPORTANTES:
- El fondo soberano de Singapur, GIC, acusa a Nio de inflar más de 600 millones de dólares en ingresos.
- La demanda sostiene que adelantó años de ingresos para mejorar artificialmente sus resultados financieros.
- Las acciones abrieron la sesión con una caída del 6% y el caso legal está en pausa, pero el golpe reputacional sigue en marcha.
El fabricante chino de coches eléctricos Nio (NIO), uno de los grandes rivales de Tesla en Asia, se llevó un golpe inesperado en bolsa después de que el fondo soberano de Singapur, GIC, le acusara de inflar sus ingresos de forma ilegal.
El desplome fue inmediato: la acción llegó a caer casi 9% en Hong Kong y 9,5% en Singapur, mientras que en Estados Unidos el hundimiento fue del 6% en la apertura de sesión.
El problema que enfrenta Nio además del judicial
La demanda presentada en el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York no solo apunta a la compañía, sino directamente a su fundador y director ejecutivo, Li Bin, junto al ex director financiero Feng Wei.
Según GIC, Nio habría inflado artificialmente más de 600 millones de dólares en ingresos vinculados a su negocio de baterías, empleando una maniobra contable que ocultaba la verdadera relación con una empresa “supuestamente independiente” llamada Weineng.
El mecanismo denunciado gira en torno al sistema de suscripción de baterías, una de las claves comerciales de Nio. En lugar de vender el coche con la batería incluida, la marca permite comprar el vehículo más barato y alquilar la batería aparte mediante una cuota mensual.
La demanda asegura que Weineng, creada en 2020 junto a varios socios como CATL y Guotai Junan, no era una entidad realmente independiente, sino un vehículo controlado por Nio para registrar ingresos por adelantado y mejorar artificialmente su contabilidad.
GIC sostiene que la empresa debería haber reconocido esos ingresos de forma escalonada y no en bloque. También afirma que varios directivos de Nio ocupaban puestos clave dentro de Weineng para asegurar que las decisiones respondían a los intereses del fabricante.
No es la primera vez que se plantean dudas similares. En 2022, el fondo bajista Grizzly Research publicó un informe donde denunciaba exactamente lo mismo: que Nio había adelantado siete años de ingresos de suscripción para exhibir unos márgenes más favorables.
El caso legal está actualmente en pausa por orden judicial, pero el daño a la imagen ya está hecho. Para un fabricante que aspira a expandirse en Europa y posicionarse como alternativa a Tesla, este tipo de polémicas puede acabar saliendo más caro que una simple caída en bolsa.