PUNTOS IMPORTANTES:
- La inflación sigue presionando con alzas en precios y salarios.
- Recortar tasas podría desatar una segunda ola inflacionaria.
- Los economistas recuerdan el patrón de los años setenta.
Inflación y el riesgo de una segunda ola
La administración Trump insiste en recortes de tasas para abaratar créditos hipotecarios y aliviar pagos de deuda. Sin embargo, los analistas advierten que la medida podría alimentar la inflación.
El índice de precios al consumidor se mantiene alto, con alimentos casi 40% más caros en cinco años. Además, la carney otros productos muestran alzas persistentes que impactan directamente a los hogares estadounidenses.
El índice de precios al productor subió 3,3%, anticipando presión sobre el consumo. Aunque algunos atribuyen el aumento a los aranceles, expertos sostienen que el impulso tiene origen monetario y refleja riesgos acumulados, lo que también ha generado tensiones en los mercados..
Según David Stockman, el índice mayorista sin alimentos ni energía creció 33,3% desde 2017, lo que implica que un dólar de hoy valdrá apenas 0,51 en dos décadas.
Otros indicadores, como Truflation, también confirman presiones alcistas. Además, el agregado monetario M2 registra un crecimiento cercano al 5%, sin recortes de tasas. Con ellos, el riesgo sería mayor.
Lecciones del pasado y advertencias actuales
Los economistas comparan la situación con los años setenta, cuando tres olas de inflación devastaron la economía. La segunda llegó tras creer controlada la primera y recortar tasas antes de tiempo.
El resultado fue inflación de dos dígitos, pérdida de capital productivo y millones de familias endeudadas. El gobierno distribuyó botones “Whip Inflation Now”, símbolo de su impotencia frente a la crisis.
Hoy, Jerome Powell resiste las presiones de la Casa Blanca para bajar tasas. Aunque no son altas en términos reales, reducirlas ahora podría reavivar los precios y comprometer la estabilidad económica.
Los críticos señalan que tasas artificialmente bajas distorsionan la inversión, elevan el costo de la vivienda y aumentan la fragilidad financiera. Una nueva ola inflacionaria dañaría la credibilidad política de Trump.
El consenso es claro: el peligro de una segunda ola inflacionaria no ha desaparecido. Los signos ya son visibles y la política monetaria debe priorizar la estabilidad antes que el crecimiento inmediato.
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