PUNTOS IMPORTANTES:
- Wall Street alcanzó su valoración más alta de la historia, superando incluso a la burbuja puntocom y al rally de 1929.
- El Nasdaq subió más de un 40% desde abril, impulsado por la inteligencia artificial y la nube, con los “Siete Magníficos” liderando el mercado.
- Aunque hay temores de burbuja y los analistas advierten peligros, empresas como Nvidia muestran beneficios récord que podrían sostener el rally.
Tras sobreponerse de los golpes arancelarios, Wall Street se recuperó con tal fuerza que terminó marcando un récord histórico: la valoración más cara jamás vista. Y, como siempre ocurre cuando los números rompen moldes, las comparaciones con los grandes episodios del pasado no tardaron en aparecer.
El Nasdaq, termómetro de las tecnológicas, subió más de un 40% desde el 8 de abril. Una escalada que extendió un mercado alcista que ya lleva una década sostenido por las grandes tendencias que dominan el presente: la computación en la nube y la inteligencia artificial generativa.
Con esos motores, el índice no solo reescribió los libros de récords, sino que colocó a los inversores frente a recuerdos similares y catastróficos como la burbuja puntocom de 1999 y el mítico rally de 1929 que precedió a la Gran Depresión.
La inquietud es lógica. Cada vez que las valoraciones se disparan a este nivel, la historia enseña que puede venir turbulencia. El Nasdaq ya lo vivió en carne propia cuando, después del auge de las puntocom, encadenó tres años de caídas seguidas hasta desplomarse un 78% desde su máximo de marzo de 2000.
¿Es posible ver una caída en Wall Street?
Si bien cada contexto es diferente y nadie posee una bola de cristal para predecir el futuro, es cierto que la economía digital actual ha conseguido sostener un equilibrio razonable, con un soporte real y no solo expectativas desbordadas.
En paralelo, las grandes tecnológicas han dejado de ser simples promesas para convertirse en auténticas fábricas de beneficios. Gigantes como Nvidia, Microsoft y Apple no solo superaron con creces a las empresas de pequeña capitalización y de valor, sino que también ampliaron la brecha frente al propio S&P 500, algo que ni siquiera en los noventa se había visto con tanta claridad. Además, la concentración es inédita: los llamados “Siete Magníficos” pesan hoy en los índices más que nunca antes.
La pregunta que ahora todos se hacen en Wall Street es si esas cifras serán suficientes para sostener la fiesta o si tarde o temprano volveremos experimentaremos un nuevo estallido en los mercados.