PUNTOS IMPORTANTES:
- Los analistas ven a Nvidia como una «fuerte compra», con un precio objetivo promedio que sugiere un alza moderada.
- La clave no está solo en los resultados del segundo trimestre, sino en las señales sobre el lanzamiento de nuevos productos como la GPU H20 y el chip Blackwell.
- A largo plazo, la familia de chips Rubin, prevista para 2026, podría consolidar el dominio de Nvidia en la era de la IA, aunque los riesgos geopolíticos y de demanda siguen en el radar.
Nvidia (NVDA) sigue siendo la estrella indiscutible de la inteligencia artificial en Wall Street, y todo indica que su reinado no tiene fecha de caducidad.
Con la presentación de resultados del segundo trimestre prevista para el 27 de agosto, los analistas no solo esperan cifras sólidas, sino que están más enfocados en lo que la compañía pueda revelar sobre su futuro. ¿El motivo? La GPU H20 para el mercado chino, el ritmo de adopción de su flamante chip Blackwell y el rendimiento de sus márgenes podrían ser los verdaderos detonantes del mercado.
Wall Street opina sobre Nvidia
El consenso entre los expertos es abrumador: Nvidia sigue siendo una apuesta segura. De los 38 analistas que la cubren, 34 recomiendan comprar, solo tres sugieren mantener y únicamente uno se atreve a aconsejar vender.
Goldman Sachs, por ejemplo, acaba de subir su precio objetivo a 200 USD, mientras que Bank of America se mantiene firme en los 220 USD, insistiendo en que cualquier caída reciente como la provocada por la volatilidad de Super Micro Computer o AMD es, en realidad, una oportunidad de compra.
Este viernes los títulos de NVDA se ubicaban justo en los 182 USD, tras acumular una ganancia en lo que va del año de 35,5%.
Pero más allá de los números inmediatos, lo que realmente entusiasma a los inversores es la visión a largo plazo. Schneider, de Goldman Sachs, destaca a Rubin, la próxima generación de chips de IA de Nvidia prevista para 2026, como el motor que podría sostener su liderazgo durante años.
Esta claridad en su hoja de ruta, según los expertos, actúa como un escudo contra los vaivenes cíclicos del sector. Eso sí, cualquier señal de desaceleración en la demanda o complicaciones con las restricciones a China podría enfriar el optimismo.