PUNTOS IMPORTANTES:
- Acuerdo fue presentado pero aún sin firma definitiva.
- Trump promete beneficios millonarios en exportaciones.
- Londres insiste en que las negociaciones siguen abiertas.
Acuerdo EE. UU.–Reino Unido se presenta sin firma, pero con ambición
El presidente Donald Trump oficializó este jueves la presentación del primer acuerdo comercial desde la imposición de tarifas recíprocas. El pacto, anunciado junto al primer ministro británico Keir Starmer (de forma remota), busca redefinir el vínculo bilateral tras un mes de tensiones arancelarias.
Aunque no hubo firma de documentos ni entrega de detalles técnicos, Trump aseguró que el acuerdo abrirá miles de millones de dólares en acceso al mercado para productos estadounidenses. También destacó la eliminación de barreras no arancelarias que, según dijo, perjudicaban a los exportadores de EE. UU.
“El acuerdo con el Reino Unido es total y completo, y consolidará la relación durante muchos años”
Escribió Trump en Truth Social.
El anuncio ocurre luego de que su gobierno suspendiera temporalmente la aplicación plena de tarifas del 10% universal, originalmente previstas para abril.
Starmer elogió la “plataforma construida para el futuro”, pero su equipo fue más cauto. Desde Downing Street confirmaron que las negociaciones continúan activamente y que el primer ministro informará sobre avances una vez haya detalles firmes.
Sin firma, sin plazos y con tarifas aún activas: el camino por delante
La ambigüedad del anuncio dejó dudas en los mercados. Trump sostuvo que los equipos están “redactando los detalles finales” y prometió un cierre “muy concluyente en las próximas semanas”. Sin embargo, no ofreció fechas ni especificaciones de los sectores involucrados.
El Reino Unido sigue sujeto a un arancel base del 10%, además de tarifas específicas del 25% sobre acero, aluminio y vehículos. Pese al tono celebratorio de Washington, no hubo mención a la posible eliminación de esos gravámenes.
Este marco, el primero tras la pausa de 90 días a las tarifas recíprocas, podría funcionar como modelo para futuras negociaciones con otros países. Trump afirmó que “docenas de naciones” se han acercado para renegociar acuerdos y evitar el arancel estándar.
Starmer, por su parte, ha evitado confrontaciones públicas con Trump. La invitación a una segunda visita de Estado, firmada incluso por el rey Carlos, marca un intento por fortalecer vínculos a pesar de las fricciones. Las concesiones británicas incluirían posibles ajustes en el impuesto digital aplicado a empresas tecnológicas de EE. UU.
El acuerdo podría tardar semanas o incluso meses en concretarse. Mientras tanto, los exportadores siguen operando bajo un esquema impositivo incierto, y los detalles que den forma al nuevo marco comercial aún están por escribirse.
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