PUNTOS IMPORTANTES:
- La inflación en EE.UU. bajó al 2,7% en noviembre y sorprendió al mercado con un dato mejor de lo esperado.
- Los principales índices rebotaron al alza luego de la noticia, con el Nasdaq subiendo más de un 1%.
- El coste de la vida continúa siendo la principal preocupación de los votantes norteamericanos de cara a las elecciones de medio mandato.
La inflación volvió a sorprender en Estados Unidos y, esta vez, la noticia jugó a favor de la Casa Blanca. En noviembre, el índice de precios se moderó más de lo previsto y alivió, al menos por unas horas, la presión política que rodea a Donald Trump, golpeado por una fuerte caída en su popularidad y por el malestar persistente de los hogares ante el coste de vida.
El dato llegó en un momento clave. Apenas unas horas antes, el presidente se había dirigido al país para defender la marcha de la economía y cargar las responsabilidades sobre la gestión anterior. Poco después, las cifras oficiales parecieron respaldar parte de su discurso.
Un dato mejor de lo esperado en el mes clave del consumo
Según la Oficina de Estadísticas Laborales, la inflación interanual se situó en el 2,7% durante noviembre, por debajo del 3,1% que esperaba el consenso del mercado. La inflación subyacente, que deja fuera la energía y los alimentos, también dio una señal de alivio al quedar en el 2,6%.
No es un detalle menor. Noviembre suele ser uno de los meses de mayor gasto para los estadounidenses, con las compras previas a Navidad y el impacto directo en el bolsillo de las familias. Que los precios hayan avanzado menos de lo previsto fue leído como una señal positiva, aunque insuficiente para cantar victoria.
La Fed ya se movió y el objetivo sigue lejos
A pesar de ese apagón estadístico, la Reserva Federal recortó los tipos de interés la semana pasada en 25 puntos básicos. La decisión estuvo más ligada al enfriamiento del mercado laboral que a la inflación. El desempleo subió al 4,6%, su nivel más alto desde 2021, y encendió las alarmas sobre una posible desaceleración económica.
El problema para Trump es que, aunque el dato de noviembre fue mejor de lo esperado, la inflación sigue lejos del objetivo del 2% que persigue la Fed. Once meses después de volver a la Casa Blanca con la promesa de frenar los precios, el avance sigue siendo lento y desigual.
Los aranceles y la guerra comercial, que muchos analistas temían que dispararan los precios, tuvieron un impacto menor al anticipado en esta última lectura. Aun así, el alivio no alcanza para cambiar la percepción de los consumidores, que siguen notando la presión en el supermercado y en los gastos cotidianos.
El coste de vida, el gran enemigo político
En su último discurso, Trump insistió en que los precios estaban bajando “rápidamente”. El problema es que esa narrativa choca con la experiencia diaria de millones de ciudadanos.
Las encuestas muestran que la inflación y la asequibilidad siguen siendo la principal preocupación del electorado, a menos de un año de las elecciones legislativas de medio mandato.
Para los republicanos, el escenario es delicado. Una derrota en el Capitolio podría paralizar la segunda mitad del mandato presidencial. Mientras tanto, los demócratas afinan su mensaje en torno al coste de vida y la economía doméstica, un terreno donde Trump todavía no logra convencer.
El dato de inflación de noviembre dio oxígeno, pero no despejó la tormenta. La batalla por el bolsillo del votante sigue abierta y cada nueva cifra económica será decisiva.














