PUNTOS IMPORTANTES:
- El mercado nuclear se reanima con el impulso estatal de Nueva York.
- La decisión enfrenta temores históricos y costos multimillonarios.
- ¿Podrá Hochul convertir la energía nuclear en una ventaja política?
Nueva York reactiva su apuesta por la energía nuclear
La gobernadora Kathy Hochul ordenó a la New York Power Authority incorporar un gigavatio de nueva energía nuclearal sistema estatal. Esa capacidad podría abastecer a un millón de hogares en condiciones normales de consumo.
El proyecto será el primero en su tipo en más de 15 años en Estados Unidos. Está respaldado por reformas regulatorias del gobierno de Donald Trump, que facilitaron los permisos para infraestructura energética.
“Nadie que quiera vivir o invertir en Nueva York debería preocuparse por confiabilidad ni asequibilidad energética”
Declaró Hochul, al presentar el anuncio como parte de una estrategia económica.
Desde 1991, solo cinco reactores comerciales se sumaron al sistema eléctrico nacional. Esa cifra no alcanza para compensar los cierres progresivos registrados en las últimas décadas.
La capacidad nuclear cayó más de 4% desde su punto máximo en 2012. En contraste, las energías solar y de gas natural han crecido de forma acelerada en todo el país.
La clausura de la planta Indian Point en 2021 ejemplificó ese deterioro. Ubicada a 64 kilómetros de Manhattan, abastecía un cuarto de la electricidad que consumía Nueva York.
Tras su cierre, el estado debió recurrir a combustibles fósiles para mantener el suministro. Esa decisión comprometió seriamente sus metas climáticas. “No hubo un Plan B”, admitió Hochul.
En este nuevo contexto, la energía nuclear gana relevancia como fuente libre de emisiones capaz de operar sin interrupciones. Los grandes centros de datos impulsan esta visión.
Obstáculos financieros y apuestas corporativas emergentes
A pesar de su potencial estratégico, la energía nuclear enfrenta obstáculos importantes. El tratamiento de residuos, el temor social a accidentes y los sobrecostos persisten como grandes desafíos.
El caso de Three Mile Island marcó profundamente la opinión pública. Su accidente de 1979 detuvo la expansión nuclear durante más de tres décadas y generó un trauma duradero.
Sin embargo, la percepción comienza a cambiar. Microsoft respalda la reapertura de unidades inactivas como la de Three Mile Island, lo que ilustra un giro cultural clave en la industria.
“La comunidad ha superado ese trauma, Eso es una señal clara de que llegó el momento”
Afirmó Hochul.
Para Nueva York, el mensaje tiene implicancias tanto políticas como energéticas.
La nueva planta podría ubicarse cerca de las tres instalaciones actuales, propiedad de Constellation Energy (CEG). El proyecto aún evalúa si construir un reactor grande o varios más pequeños.
Uno de los focos de trabajo es Nine Mile Point, en Oswego. El estado ya colabora con el gobierno federal en una propuesta para expandir esa instalación estratégica.
Nueva York también estudia la experiencia de Ontario, Canadá, con reactores modulares pequeños. Estos diseños ensamblados en fábrica prometen menores costos y tiempos de obra más cortos.
Al mismo tiempo, el estado observa con cautela los errores del proyecto Plant Vogtle en Georgia. Allí, la construcción de dos nuevos reactores tardó 15 años y costó más de 30.000 millones de dólares.
En este nuevo ciclo, varias compañías podrían emerger como ganadoras. Destacan Centrus Energy (LEU), Cameco (CCJ) y NuScale Power (SMR), con posiciones estratégicas en el sector.
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